El papa Francisco se sumó diplomáticamente el viernes al debate sobre el matrimonio gay, diciéndole al arzobispo de Canterbury que desea colaborar con él para promover valores familiares “basados en el matrimonio”.
Francisco, que en su natal Argentina se opuso enérgicamente al matrimonio homosexual, y el arzobispo Justin Welby charlaron, oraron y almorzaron juntos en el Vaticano, en su primer encuentro desde que ambos asumieron sus puestos en marzo.
Welby, el líder espiritual de la Iglesia Anglicana, se ha opuesto a La legislación que legalizaría el matrimonio gay en Gran Bretaña y argumenta que eso debilitaría la vida familiar.
La semana pasada, Welby se presentó ante la Cámara de los Lores antes que el proyecto se acercara más a convertirse en ley. La legislación permitiría que las parejas homosexuales contraigan matrimonio en ceremonias civiles y religiosas en Inglaterra y Gales.
En sus declaraciones a Welby, Francisco dijo que esperaba que ambos puedan colaborar en la promoción del carácter sagrado de la vida “y la estabilidad de familias basadas en el matrimonio”. Señaló que Welby había hablado recientemente sobre el tema, en alusión a su testimonio en la Cámara de los Lores.
Significativamente, no obstante, el papa Francisco no dijo que el matrimonio debería estar basado en la unión entre un hombre y una mujer, que es como Benedicto XVI y Juan Pablo II definieron el matrimonio.
Funcionarios del Vaticano dijeron que se trató de una forma diplomática de tratar de expresar su posición sin hacer una declaración provocadora. Francis se ha mantenido recientemente apartado del debate sobre el matrimonio gay y en general se ha abstenido de hacer comentarios sobre asuntos candentes.
Sin embargo, como arzobispo de Buenos Aires, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio expresó su fuerte oposición al matrimonio gay, que una vez llamó “un retroceso antropológico”. AP