Maduro me recuerda una estúpida frase de galanes de otoño: “hoy te amo más que ayer y menos que mañana”. Parafraseando: “hoy la puse más que ayer y menos que mañana”. Cada nuevo anuncio produce una mezcla de risa con arrechera por tanta idiotez consecutiva.
El último fue el “órgano secreto anticorrupción”. Evoca aquel “Comisionado Anticorrupción” en los estertores de la cuarta. Con la diferencia de que ese organismo no era “secreto” y estuvo presidido por un hombre honorable. Ahora será el “mesmo” Maduro quien lo presida. Su objetivo: “perseguir este delito venga de donde venga”. Con la novedad “madurista” de que “todo corrupto es antisocialista, y en esencia escuálido”. Quedan exonerados los revolucionarios puros. Valga decir, el magnate de el Furrial, la primera combatiente, el clan familiar del gigante, los boliburgueses, el jeque criollo de PDVSA, el viejito perverso y flia, los “testaperros”, el rey de la cabilla, la banda de los enanos, y tantos otros miembros de la oligarquía roja.
Cuando el esperpento Alberto Nolia explicó a cuáles corruptos perseguiría la “MaduroPol” se extendió en ejemplificar con un caso de ineficiencia en un mercal de Parque Central: “las cajeras son unas flojas, unas corruptas, hay que acabar con los ineptos, los flojos, los que echan carro, los que se roban los productos, hay que botarlos a patadas, son unos bacalao, todo eso es corrupción”. Queda claro, la MaduroPol será para los flojos y el raterismo rojo. Nada contra el nepotismo de la primera combatiente en la AN para desconsuelo de Soto Rojas. La sede pudiera ser CADIVI, dechado de virtudes revolucionarias.