El Sindicato de Trabajadores de Ferrominera Orinoco (Sintraferrominera) decidió levantar la huelga pese a que no se fijaron las fechas para la cancelación de pasivos y beneficios que motivaron el conflicto.
Aunque el final del paro no satisfizo a los ferromineros, la dirigencia sindical logró que el Gobierno -que había estado renuente a firmar un acuerdo con el sindicato- les reconociera como la institución legítima de los trabajadores y firmara con ellos un compromiso de pago.
Para el secretario general de la organización, Rubén González, este primer paso -aunque no cumple con el 100 por ciento de los objetivos- es un “avance” en comparación con las deterioradas relaciones obrero-patronales que impidieron, en 12 días de protesta, llegar a un acuerdo sin estigmas político-partidista.
Tras la militarización de la empresa este jueves, la protesta se había debilitado. El transporte dejó de cubrir la ruta de Ciudad Bolívar, El Pao y Upata y la Guardia Nacional impidió, a quienes llegaron por su cuenta, entrar a la fábrica. De modo que el ausentismo laboral en las áreas comenzó a debilitar la huelga.
Parte de la dirigencia sindical quedó fuera de las instalaciones de la fábrica al momento de la implementación del plan de contingencia. El secretario general quedó dentro del área de ferrocarril en donde, posteriormente, se desarrollaron las reuniones.
La última de ellas se dio a la medianoche y terminó con la firma del acta y el compromiso de instalar una “mesa de alto nivel” en la Corporación Venezolana de Guayana, que se celebró ayer a las 10:00 de la mañana.
“La lucha sigue”
González indicó que en esa reunión participaron los dirigentes Adul Hurtado, Roger Salazar, Luis Azocar, Argenis Romero y Jorge Ascanio, este último ex compañero de fórmula del dirigente del Movimiento 21, Alfredo Spooner.
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