Néstor Luis Bravo, de 19 años, recibió múltiples disparos cuando se encontraba parado en la avenida principal del barrio Libertador ubicado al oeste de Maracaibo. Mientras moría a causa de sus heridas, su padre Asnolso Bravo corría en su auxilio. El esfuerzo resultó inútil porque a pesar de la buena voluntad de los vecinos, que lo trasladaron al Hospital Materno infantil Raúl Leoni del Marite, llegó sin signos vitales,publica el diario La Verdad.
El progenitor recibió la mala noticia en la emergencia del centro asistencial. Ahí le contaron que su hijo estaba afuera conversando con una prima de su novia cuando dos hombres armados se aproximaron hasta donde estaba la pareja. Uno de los recién llegados sacó un arma y le pidió sus pertenencias.
En un primer momento el joven no se negó, pero luego los delincuentes empezaron a molestar a la dama que lo acompañaba. Él increpó a los asaltantes comenzando un forcejeo con el sujeto armado. Cuando peleaban se escuchó un disparó que luego sería acompañado por otro más.
Robo
Bravo cayó al piso y mientras se desangraba uno de los malhechores sacó un anillo de su dedo, le sacó la cartera y el celular de sus bolsillos. Luego se retiraron a pie haciendo disparos para espantar a quienes estaban en la calle. A las 10.15 de la noche el teléfono de su padre sonaba. Era la última llamada que esperaba recibir ese jueves.
La Policía científica investiga el caso. Están tras la pista del celular para tratar de ubicar a los criminales. Hasta ahora la descripción de los mismos es parcial debido a que nadie logró ver su identidad. El móvil que manejan es la resistencia al robo.