Turquía intenta que manifestaciones no terminen con su sueño olímpico

Turquía intenta que manifestaciones no terminen con su sueño olímpico

Estambul, que a finales de mayo parecía en una buena posición para ser elegida sede de los Juegos Olímpicos de verano de 2020, tras cuatro intentos sin éxito, trata ahora de limitar los daños que ha podido hacer a su imagen la oleada de protestas contra el gobierno.

Faltan sólo tres meses para que el Comité Olímpico Internacional (COI) vote entre Estambul, Tokio y Madrid, por lo que cada detalle cuenta en esta recta final.





El 30 de mayo en San Petersburgo (Rusia), donde la ciudad turca y sus dos rivales presentaron su candidatura ante los grandes dirigentes deportivos, reunidos para la convención SportAccord, Estambul apostó por la baza de “puente de unión” entre Europa y Asia.

Pero el sábado en Lausana (Suiza), donde las tres ciudades volvieron a defender sus proyectos, esta vez ante 200 comités olímpicos nacionales, las mismas imágenes de tarjeta postal daban ahora una sensación distinta de las “delicias turcas”.

El Comité de Candidatura de Estambul-2020 hizo algunas alusiones a la oleada de protestas que vive su país, afirmando que la ciudad será “todavía mejor” dentro de siete años.

“El camino para una nación democrática no siempre es fácil, pero es un camino justo”, destacó en su intervención Ugur Erdener, el presidente del Comité Olímpico Turco.

“Todo el mundo quiere los Juegos”, subrayó por su parte la promesa del tenis turco Cagla Büyükakçay, que tenía como misión ser el símbolo de la juventud nacional.

El COI, que no tiene por costumbre hacer comentarios sobre las candidaturas que compiten entre sí, ha sido fiel a la tradición.

Son muy pocos los miembros del organismo que han hablado de lo que ocurre en Turquía, como el alemán Thomas Bach o el suizo Denis Oswald, ambos candidatos a la presidencia, que recordaron que cada aspirante ha tenido manifestaciones en su país y que Estambul aspira a unos Juegos que tendrán lugar dentro de siete años, no ahora.

Pero otro miembro, que prefirió mantenerse en el anonimato, admitió a la AFP que no estaba seguro de votar a Estambul después de lo ocurrido.

“Viendo el descontento de la gente por la construcción de un centro comercial, se puede imaginar lo que podrían ser las protestas si Estambul consigue los Juegos”, dijo.

En un breve intervención ante la prensa el sábado, Hasan Arat, responsable de Estambul-2020, rechazó que la ciudad haya perdido sus opciones de ser olímpica.

“Esto es como un maratón, hay que jugar hasta el final. Puede haber altos y bajos, pero lo más importante es que somos lo que somos. Nada ha cambiado para nosotros. Somos un país joven y dinámico”, dijo el director del Comité de Candidatura.

Para Michael Payne, que fue director de marketing del COI antes de pasar a ser asesor, todo es “cuestión de equilibrio”.

“Hace diez años, probablemente no se podría haber visto esto. Es la señal de que el país evoluciona hacia una democracia”, señaló.

Gran conocedor del movimiento olímpico, el profesor universitario suizo Jean-Loup Chappelet está convencido de que las palabras de Recep Tayyip Erdogan llamando “terroristas” a los manifestantes iba a tener un impacto en la elección del COI.

“Los miembros del COI son muy prudentes, hacen declaraciones generales sin decir realmente lo que piensan, ya que es necesario que las tres candidatas sigan en la carrera para que haya una auténtica elección”, estima este docente, que imparte clase de Administración Pública en Lausana.