Los gobiernos de Sao Paulo y Rio dieron marcha atrás el miércoles en el aumento del transporte bajo presión de multitudinarias protestas en todo el país, incluido en Fortaleza, donde manifestantes y policías chocaron al margen del partido Brasil-México (2-0) por la Copa Confederaciones.
Autoridades de ambas ciudades anunciaron la revocación del ajuste de la tarifa de metro, bus, tren y barca anunciada a inicios de mes, que fue el detonante inicial de las mayores protestas en el país en dos décadas.
Otras ciudades como Porto Alegre, Cuiabá, Recife y Joao Pessoa decretaron la reducción de la tarifa esta semana, una de las principales reivindicaciones de los manifestantes, que a sus reclamos de un transporte de mejor calidad y más barato fueron sumaron denuncias contra el gigantesco gasto público en el Mundial de fútbol y más inversiones en salud y educación.
Las protestas ocurren durante la Copa Confederaciones, un ensayo general del Mundial 2014 que se celebra en seis ciudades del país hasta el 30 de junio.
“A Brasil nunca más”
En Fortaleza (noreste), manifestantes y policías se enfrentaron varias veces con violencia cerca del estadio antes, durante y después del partido en que Brasil venció a México.
Unos 25.000 manifestantes bloquearon por varias horas dos de las cuatro calles de acceso al estadio Castelao, según la policía caminera.
En uno de los choques, justo antes del partido, un grupo de manifestantes intentó traspasar la barrera para acercarse más al estadio y comenzó a lanzar piedras contra la policía, que respondió con gases lacrimógenos y balas de goma.
Una persona fue herida en un ojo por una bala de goma y otra fue retirada del lugar en camilla, constataron periodistas de la AFP. Al menos un policía también fue herido y la sangre le corría por el rostro.
Varios hinchas quedaron atrapados en medio de las protestas. “A Brasil nunca más, olvídate del mundial, mañana me regreso a mi país”, dijo a la AFP Joaquín Díaz, un mexicano de 42 años al llegar al estadio para ver su selección.
Otros hinchas que acudieron el sábado al partido inaugural de la Confederaciones Brasil-Japón (3-0) y el domingo al partido México-Italia (1-2) en Rio vivieron momentos de pánico similares, al quedar atrapados entre manifestantes y fuerzas del orden en medio de una lluvia de balas de goma y nubes de gases lacrimógeno.
Otras manifestaciones tenían lugar el miércoles en varias ciudades, principalmente en Nitéroi, frente a Rio de Janeiro, donde miles de personas bloquearon el puente que cruza la Bahía de Guanabara y avanzaban hacia Rio, en Brasilia, en Belo Horizonte y Rio Branco.
En Nitéroi, frente a Rio, la policía dispersó con gases lacrimógenos y balas de goma a miles de manifestantes que buscaban bloquear el puente que cruza la Bahía de Guanabara.
Al menos mil manifestantes recorrieron pacíficamente el centro de Brasilia en reclamo de la gratuidad del transporte colectivo.
“Un profesor vale más que Neymar”
Antes del enfrentamiento en Fortaleza con los efectivos de seguridad, los manifestantes cantaron el himno nacional y corearon “¡Brasil, vamos a despertar, un profesor vale más que Neymar!”.
El astro de 21 años, que marcó uno de los dos goles con los que su equipo se impuso a la selección mexicana, criticó por su lado al gobierno y dijo que las protestas lo inspirarían en el partido.
“Triste por todo lo que está ocurriendo en Brasil. Siempre tuve fe en que no sería necesario que llegáramos a un punto de ‘ir a las calles’ para exigir mejores condiciones de transporte, salud, educación y seguridad, todo eso es OBLIGACIÓN del gobierno”, escribió.
El ‘Rey Pelé’, tricampeón del mundo con Brasil en 1958, 1962 y 1970 y embajador honorario del Mundial 2014, pidió en un video “olvidar” las manifestaciones.
“Vamos a olvidar toda esa confusión que está ocurriendo en Brasil y vamos a pensar que la selección brasileña es nuestro país, es nuestra sangre”, dijo Pelé.
El exastro Ronaldo “Fenómeno”, integrante del Comité Organizador de la Copa, afirmó por su lado en Twitter: “Dudo que nuestro país estuviese mejor si no hubiese escogido hacer el Mundial”. Pero dio su apoyo a las protestas y dijo que el país precisa más inversiones en salud, educación, transporte y seguridad.
Dentro del estadio, varios hinchas burlaron las reglas de la FIFA y mostraron pancartas de apoyo a la protesta desde las gradas. “Mi Brasil está en las calles. El gigante despertó”, decía una de ellas.
Las protestas reflejan el hartazgo de parte de la población, en su mayoría jóvenes, con los problemas en la educación superior y la clase política que dirige a la séptima economía del mundo, donde a pesar del crecimiento y la reducción de la pobreza en la última década persisten enormes problemas sociales.
Agentes de la fuerza nacional, que depende de la policía federal e interviene en disturbios sociales o en situaciones excepcionales, refuerzan cinco de las seis sedes de la Confederaciones, en los estados de Rio de Janeiro, Bahia, Minas Gerais, Ceará y el Distrito Federal de Brasilia, indicó el Ministerio de Justicia.
La última gran protesta reunió el martes de noche a unas 50.000 personas que se manifestaron pacíficamente en Sao Paulo, aunque unos 300 jóvenes sembraron el caos frente a la alcaldía, que intentaron invadir antes de incendiar una camioneta de la televisora Récord, un quiosco policial y saquear tiendas.
AFP