Empleados del gobierno filipino utilizaron una excavadora y un incinerador para destruir el viernes más de 5 toneladas de marfil, con un precio calculado en 10 millones de dólares, la mayor destrucción de marfil de contrabando fuera de Africa.
El gobierno indicó que la destrucción del material confiscado desde el 2009 demuestra su compromiso de combatir el tráfico ilegal del marfil. Además, elimina la oportunidad de que funcionarios corruptos vendan el marfil, como en un caso en 2006 cuando 3,7 toneladas desaparecieron del inventario, según una red internacional que rastrea ese tráfico ilegal.
“El marfil desapareció de los depósitos de algunos gobiernos en todo el mundo, por lo que es vital que sean fijados los protocolos adecuados”, dijo Colman O Criodain, de la entidad World Wide Fund for Nature.
La Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos y la Fundación de la Tierra Libre dijeron que ayudan a las Filipinas a analizar el AND de los colmillos en el Centro de la Conservación Biológica de la Universidad de Washington, para que los organismos policiales sepan el origen y puntos de tránsito del marfil de contrabando. Además, ayudará a desmantelar los sindicatos criminales responsable por el furtivismo en Africa.
“Es un aviso a los traficantes de vida silvestre de que el gobierno filipino adoptó una posición firme contra el mercado ilegal de marfil, pero adoptando además contra la corrupción al quemar sus existencias de colmillos de marfil para que no puedan ser robadas y vendidas luego en el mercado negro”, dijo Steven Galster, director de la Fundación TierraLibre, con sede en Bangkok.
El marfil puede alcanzar un precio de 2.000 dólares por kilogramo (910 dólares por libra) en el mercado negro y más de 50.000 por la totalidad del colmillo. AP