Un grupo de investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (noreste) aseguró haber descubierto el mecanismo cerebral que altera la coordinación motora por el consumo crónico de cannabis.
El estudio, que se publicó hoy en la revista “Journal of Clinical Investigation”, demuestra que la exposición crónica a la principal sustancia psicoactiva del cannabis, el delta9-tetrahidrocannabinol (THC), ocasiona una inflamación en el cerebelo, el área del cerebro que coordina los movimientos y responsable del aprendizaje motor.
Según explicó a Efe uno de los investigadores del proyecto, Andrés Ozaita, hasta ahora se sabía que el consumo crónico de cannabis causa una disminución de los receptores de cannabis, que están presentes en casi todas las partes del cerebro y realizan funciones diferentes.
Con esta nueva investigación consiguieron demostrar que esta disminución de los receptores provoca un “ambiente neuroinflamatorio” en el cerebelo, ya que se activa la microglia, un conjunto de células consideradas como el sistema inmunitario del cerebro.
La microglia, que normalmente está en latente,se activa ante el THC del mismo modo que cuando hay un daño cerebral, de manera que se produce una inflamación que impide el correcto funcionamiento del cerebelo.
El estudio de la universidad española se realizó con ratones de laboratorio, que tras la exposición al cannabis, manifestaban problemas “leves” de coordinación motora, según ha explicado Ozaita.
Estos daños son reversibles porque la investigación ha demostrado que si se interrumpe el consumo de cannabis y se utilizan fármacos inhibidores de la microglia, los problemas de coordinación motora se reducen o desaparecen completamente.
Según los científicos, este mecanismo cerebral podría funcionar igualmente con los humanos ya que está demostrado que el consumo crónico elevado de cannabis genera también problemas de coordinación fina y una disminución del número de receptores de cannabis, de modo que lo único que falta por demostrar es que la microglia se activa también.
El trabajo de investigación ha sido elaborado por los científicos Laura Cutando, Arnau Busquets-Garcia, Emma Puighermanal, Maria Gomis-González, José María Delgado-García, Agnès Gruart, Rafael Maldonado y Andrés Ozaita. EFE