Cadena perpetua a miembros de banda de prostitución infantil

Cadena perpetua a miembros de banda de prostitución infantil

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Cinco miembros de una banda que durante ocho años explotó sexualmente y prostituyó a seis niñas de entre 11 y 15 años en la localidad inglesa de Oxford fueron condenados hoy a cadena perpetua.

Además, el tribunal penal londinense de Old Bailey impuso penas de siete años de cárcel a otros dos componentes del grupo, que operó entre 2004 y 2012.

Entre los siete acusados están los hermanos Mohammed y Bassam Karrar, que recibieron la máxima pena, de la que deberán cumplir respectivamente un mínimo de 20 y 15 años antes de que puedan contemplarse redenciones penitenciarias.





Mohammed Karrar, de 38 años, está acusado de 18 delitos, entre ellos realizar actos sexuales con una niña menor de 13 años y facilitar un aborto, así como de prostitución y tráfico de menores.

Bassam Karrar, de 33 años, es culpable de violar y conspirar para violar a niñas de menos de 13 años, inducción a la prostitución infantil y tráfico de menores.

Los también hermanos Akhtar y Anjum Dogar, de 32 y 31 años, fueron condenados a cadena perpetua y deberán cumplir al menos 17 años antes de optar a una revisión de la pena.

Kamar Jamil, de 27 años, recibió también la pena máxima por los cargos de violación, prostitución infantil y tráfico de menores, pero en su caso deberá cumplir un mínimo de 12 años antes de poder optar a una revisión de la sentencia.

Assad Hussain, de 32 años, y Zeesham Ahmed, de 28, fueron condenados a siete años de cárcel, tras ser hallados culpables de actividad sexual con una menor.

Otros dos hombres fueron absueltos en el proceso, en el que todos los imputados negaron los cargos.

Durante el juicio, que empezó el año pasado en Old Bailey, se supo que estos hombres captaban a menores vulnerables -de familias desestructuradas o que vivían en casas de acogida- y las drogaban para explotarlas sexualmente.

Las seis víctimas, la mayoría de las cuales son ahora mayores de edad, explicaron en el juicio las vejaciones, amenazas y palizas a las que fueron sometidas y relataron cómo se las obligó a realizar actos sexuales con multitud de hombres en citas organizadas por la banda.

Las menores, a quienes se suministraba drogas y se les daba regalos para mantener su confianza, acusaron a la Policía de haber ignorado sus denuncias cuando en alguna ocasión pudieron escapar a una comisaría.

Al dictar hoy las sentencias, el juez alabó “el coraje” de las víctimas para testificar contra sus agresores y mostró su confianza en que este caso sirva tanto para disuadir a otros proxenetas como para mejorar la actuación de las autoridades ante estos delitos. EFE