El olvido de la contraseña de un antiguo ordenador está dificultando la labor de un equipo de científicos del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) que intenta reconstruir el primer sitio web de la historia y devolverlo a su dirección original.
“Internet y la web crean grandes cantidades de información, pero también la destruyen. Son medios poderosos, pero frágiles al mismo tiempo. El olvido de una simple contraseña provoca la pérdida de valiosa información”, explicó en una entrevista a Efe Dan Noyes, jefe de ese equipo.
Corría el año 1989 y desde su computadora Next, en una pequeña oficina del CERN, el físico Tim Berners-Lee recurrió a internet -que ya existía- para desarrollar un sistema de intercambio de información entre científicos de diferentes universidades y laboratorios del mundo, que con el tiempo vendría a ser conocido como la web.
A través de ese sistema, se podían leer y publicar documentos, así como crear enlaces entre ellos.
En ese primer sitio web, hecho de distintas “páginas” en blanco y negro y “links” entre ellas en color azul, su creador explicaba cómo acceder a la web o a los documentos de otras personas, o la manera de configurar un servidor propio.
Cuatro años más tarde, el CERN publicó una declaración en la que autorizaba la utilización gratuita y libre de esta tecnología, una decisión crucial para su expansión y que fue el origen de la revolución de la información.
Durante el tiempo en que esta tecnología tuvo un uso exclusivamente académico, el primer sitio web fue cambiando al mismo tiempo que su creador editaba continuamente sus contenidos.
“No existe el primer sitio web porque se escribió sobre él. Existió durante un tiempo muy limitado, quizás unos meses, unos días o tal vez horas”, dijo a Efe el editor del actual sitio web del CERN, Cian Micheal, quien trabaja en el equipo que pretende dar a conocer al mundo el primer prototipo de Berners-Lee, quien no había cumplido los 35 años cuando formuló su invención.
El proyecto de reconstrucción fue anunciado públicamente por el CERN con ocasión del vigésimo aniversario del libre acceso a la web.
La primera copia que se ha logrado reconstruir data de 1992 (http://info.cern.ch/hypertext/WWW/TheProject.html), pero en el CERN están seguros de la existencia de otra copia de 1991 localizada en el ordenador bloqueado de un profesor de la Universidad Chapel Hill en Carolina del Norte Paul Jones.
Jones conoció a Berners-Lee en una conferencia en San Antonio (EEUU) y se interesó tanto por el proyecto World Wide Web (WWW) que hizo una copia de los ficheros que la web contenía hasta aquel momento.
“Desafortunadamente, la computadora Next de Jones se encuentra bloqueada por una palabra de acceso que él mismo olvidó y expertos informáticos están actualmente intentando recuperar esa información”, explicó Noyes.
Posteriormente, el disco duro con otra copia de una de las primeras versiones de la web fue robado o se extravío en un hotel -la verdad se desconoce- durante una presentación que Berners-Lee hizo del proyecto WWW a principios de los noventa en San Diego (EEUU).
La tarea por tanto no es fácil, pero Noyes cree que esta “abrumadora” búsqueda vale la pena porque hará que los usuarios se den cuenta de la fragilidad de la información virtual.
Contrariamente a una carta de amor con sobre y sello, un correo electrónico desaparecerá eternamente si se pierde una contraseña.
“Si personas famosas como Shakespeare hubiesen vivido en la era tecnológica, toda la información que conocemos de ellos por su correspondencia se habría perdido para siempre por no conocer una palabra de acceso”, recalcó.
Internet, que nació en los años sesenta, es un sistema que permite la conexión entre distintas computadoras; mientras que la web es uno de sus principales servicios, que permite publicar y compartir documentos. EFE