El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, dijo este viernes que “entiende los disturbios sociales” en Brasil en contra de los gastos millonarios del Mundial-2014, pero aseguró que la respuesta del gobierno “no es un problema” de esa entidad, satisfecha con la actual Copa Confederaciones.
“Yo entiendo estos disturbios sociales, pero por otro lado el fútbol trae (…) esperanza, hemos visto las reacciones del gabinete gubernamental, han prometido hacer los cambios, pero no es problema nuestro, de eso no nos ocupamos”, dijo Blatter en una rueda de prensa en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro en la que pidió “confianza” en el gobierno.
“Nosotros hemos demostrado nuestra confianza en situaciones que no eran cómodas durante la semana”, agregó, al referirse a las gigantescas manifestaciones que se han dado en varias ciudades desde el pasado 15 de junio cuando se inauguró la Copa en Brasilia.
El gobierno brasileño es blanco de intensas críticas en las masivas manifestaciones y que en algunos casos han degenerado en enfrentamientos con la policía y vandalismo.
Los manifestantes rechazan el aumento del precio del deficiente transporte público y reclaman por mejoras en la salud y la educación, contra la corrupción, y por las inversiones públicas para la Confederaciones y el Mundial-2014, estimados en 15.000 millones de dólares.
¿Hasta el 2014?
Las protestas coinciden con dos años de bajo crecimiento económico y alza de la inflación que afecta el bolsillo de los brasileños. Aún así, ocurren tras una década de mejora de la renta y cuando el desempleo está en mínimos históricos.
“Estoy seguro de que la Copa Mundial será un éxito. Confío en los organizadores y en la seguridad”, ratificó Blatter, además de aclarar que esa organización “nunca ha tenido una duda” con respecto a la realización de la actual Copa Confederaciones.
En una entrevista con el diario O Estado de Sao Paulo, publicada el viernes, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dijo esperar que las protestas no continúen hasta el Mundial-2014.
“Espero que el movimiento que estamos viendo en las calles, y que llegó hasta Brasilia, no continúe hasta la Copa del Mundo. (Pero) claro que podemos esperar que algo ocurra durante la Copa del Mundo”, declaró.
Prueba exitosa
Brasil debe finalizar aún otros seis estadios para el Mundial y encarar los atrasos en obras de infraestructura -principalmente en lo que se refiere a sus ruinosas carreteras y colapsados aeropuertos- para recibir la competencia el año que viene.
Blatter se mostró “contento” con los informes sobre la Confederaciones, que según dijo fue la “mejor” que ya organizó la FIFA.
“Fue muy bueno que hiciéramos este test, pero fue más importante la competencia, vimos eso en el campo. Aún faltan dos juegos, pero después de los informes puedo decir que los tests fueron exitosos, porque sabemos lo que tiene que ser mejorado y lo que fue bueno”, dijo.
“Conseguimos jugar en seis estadios nuevos o restaurados, que son obras maestras de arquitectura. Tuvimos un problema en los entrenamientos en Recife (noreste), pero por lo demás, recibimos las felicitaciones de los ocho equipos que participaron en la Copa”, agregó.
“No huí”
Blatter, que fue abucheado junto a la presidenta brasileña Dilma Rousseff en la ceremonia de apertura de la Confederaciones, se defendió de su ausencia en el resto del torneo -volvió para las semifinales- porque tuvo que asistir a “otro compromiso”, el Mundial Sub-20 de Turquía.
“Tienen que recordar que en Turquía hay las mismas manifestaciones que aquí. Y el papel del presidente de la FIFA es estar en el la apertura de la competencia. Regresé para las semifinales, de ninguna forma se puede decir que huí”, zanjó el dirigente.
El gobierno turco enfrenta su mayor protesta desde su llegada al poder en 2002.
Blatter dijo desconocer si Rousseff participará de la ceremonia de clausura de la Confederaciones programada para el domingo antes de la final.
“Estaría feliz si estuviera, (pero) no soy profeta, no sé si estará”, aclaró sonriente.