Para disparar los niveles de adrenalina no es necesario tirarse con un paracaídas desde un avión o huir de una avalancha haciendo snowboard. Les presentamos los lugares más aterradores y misteriosos visitados por los cazadores de ‘emociones fuertes’ de todo el mundo.
La Mansión Winchester, San José, California (EE.UU.). Es una enorme vivienda de 160 habitaciones y 40 escaleras donde vivió una viuda con trastornos mentales. Después de la muerte de su esposo, Sarah Winchester recibió su herencia multimillonaria. Dicen que un día el espíritu del fallecido se le apareció con una noticia horrible: todo su dinero lo amasó a costa de muchas vidas inocentes, la familia está maldita y los muertos buscarán la venganza.
“Para calmar a los muertos hay que construir una casa sin parar”, le dijo la supuesta voz a Sarah Winchester y agregó: “Si el martillo se para, morirás”. La viuda compró una vieja mansión y se puso manos a la obra. La casa se llenó de nuevas habitaciones, pasillos, balcones, escaleras y pasadizos secretos. La construcción continuó durante 38 años, mientras los problemas psicológicos de la dueña iban en aumento.
Bosque Aokigahara, Japón. Un parque nacional de la isla de Jukai en Japón fue rebautizado por sus visitantes con un nombre macabro: ‘El bosque suicida’. A partir del año 1950 más que quinientas personas se quitaron la vida en este lugar.
En vez de las típicas advertencias de que no se puede tirar basura, en los árboles hay carteles colgados que recuerdan a sus visitantes de que tienen que pensar en sus seres queridos. Por todos los lados hay avisos con números de teléfono de gabinetes psicológicos. Además el bosque cuenta con un servicio de videovigilancia. Sin embargo, los guardabosques siguen encontrando cadáveres.
Aldea Dzhatinga, India. El pueblo Dzhatinga, que se encuentra en las montañas del estado indio de Assam, ha tenido durante mucho tiempo el sobrenombre de ‘cementerio de los pájaros’.
Cada mes de agosto en el cielo de la aldea grandes bandadas de aves caen a la tierra gorjeando. La muerte en masa dura varios días. Algunas aves mal heridas ni se inmutan por la presencia de los humanos y se dejan recoger. Una de las versiones del extraño fenómeno son las anomalías geofísicas de las aves migratorias, que las desvían de su trayectoria.
El puente Overtoun, Escocia. A mediados del siglo XX decenas de perros empezaron a tirarse desde este puente, de 15 metros de altura. Los que sobrevivían al chocar contra las rocas, regresaban al mismo lugar y repetían el acto. El puente es conocido como un “asesino de animales”.
En diez años murieron varios centenares de perros. Una de las versiones de la sorprendente actuación de los canes son las ratas y otros elementos (espectros) que habitan bajo la construcción, que atraían demasiado la atención de los perros de caza. Otra explicación dice que el puente es el límite entre el mundo de los vivos y los muertos. Dice la leyenda que después de haber sentido algo paranormal, los perros seguían el rastro de los espectros y por ello fueron castigados por su curiosidad.
El callejón Mary King, Edimburgo, Escocia. Hace 400 años el callejón Mary King era uno de los lugares más concurridos de Edimburgo. La situación cambió cuando la ciudad sucumbió a una pandemia de peste. La leyenda dice que tratando de evitar el pánico, las autoridades aislaron a los infectados en un área, y luego rodearon la zona peligrosa con una pared blanca. Las personas eran llevadas al “callejón de la muerte” durante las epidemias y morían, abandonadas, sin ninguna ayuda del exterior.
La isla de las muñecas, México. Los fans de la saga sobre el muñeco diabólico, Chucky, seguramente se “enamorarán” de este lugar. En cada árbol y cada edificio existente en una pequeña isla mexicana hay colgados espeluznantes muñecos con las cuencas de los ojos vacías, extremidades rotas y cabezas aplastadas.
Este “paisaje” lo creó un joven llamado Julián Barrera. Un día, cuando una niña se ahogó en un canal, Barrera encontró en el lugar de su muerte a una muñeca. El joven estaba convencido de que el juguete se conectaba con el espíritu de la difunta. Luego encontró a otra muñeca y desde entonces no pudo parar, y continuó durante 50 años recogiendo los juguetes que había en la basura.
La ciudad fantasma de San Zhi, Taiwán. En los años 70 en esta isla china empezaron la construcción de una ciudad que tenía que albergar un complejo vacacional de estilo futurista para turistas acaudalados. Sin embargo, pronto se hizo evidente que el lugar estaba maldito.
Decenas de trabajadores murieron en la zona en extrañas circunstancias. La apoteosis final del lujoso proyecto fue un tifón, que arrasó la zona, provocando graves pérdidas. El complejo se ha convertido en una ciudad fantasma muy popular entre los turistas. Los residentes cercanos aseguran que la ciudad está poblada por espíritus malignos.
Isla Poveglia, Italia. Durante la ‘Muerte Negra’, la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que asoló Europa en el siglo XIV, a las personas infectadas y enfermos terminales los traían a esta pequeña isla cercana a Venecia, donde los dejaban morir en agonía. Luego sus cuerpos eran quemados. Por ello existe una teoría de que el 50% de las tierras de Poveglia se compone de ceniza humana. En 1922 en la isla se construyó un hospital psiquiátrico que era liderado por un médico malvado, que hacia experimentos con sus pacientes, quienes constantemente sufrían de pesadillas y dolores de cabeza. Las ruinas de la clínica siguen en pie.