Pese a que el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, aseguró que el Gobierno ha reducido los lapsos en la liquidación de los dólares, el director de Conindustria, Carlos Henrique Blohm, informó que las empresas solo han recibido el 15% de las divisas requeridas, publica Notitarde.
Marlene Castellanos/ Notitarde
Blohm comentó que aunque el número de compañías que han obtenido la moneda extranjera es grande, las cifras otorgadas no son las esperadas por el sector industrial, que ya tiene nueve meses de sequía.
Esta situación ha hecho que se vuelva difícil producir en el país y la prueba está que en el primer trimestre, según cifras del Banco Central de Venezuela, hubo una reducción de la actividad manufacturera.
El empresario dijo que en estos últimos tres meses que acaban de pasar se espera una mejoría por los dólares entregados, pero debe tomarse en cuenta que los lapsos establecidos para la liquidación aún son largos.
El Director de Conindustria subrayó que a parte de este escenario tampoco se han solucionado otros problemas, entre ellos los permisos para ciertos repuestos y suministros que no han salido, aunado a los retrasos en las cartas de no producción, este último documento necesario para ir a Cadivi.
También explicó que ante este obstáculo no existe un mercado de dólar paralelo legal, el cual pueda ser utilizado en caso de emergencia, pues muchas veces falta un solo recaudo y esto impide la agilización de los procesos trancando la producción.
Comentó que todos estos factores aunados a las políticas del Gobierno, son lo que ha generado un índice inflacionario nunca visto en el país.
A su juicio, la única forma que la economía se movilice y baje la inflación es dejar que los mercados del cambio y del precio funcionen sin control, pues las regulaciones en un escenario donde hay exceso de demanda generado por un déficit fiscal y una emisión de moneda es una locura, pues es como si se apretara el acelerador y el freno de un carro al mismo tiempo.
“Para estimular la producción nacional se requiere, además de la libertad de precio y de cambio, un clima de seguridad jurídica que permitan hacer las inversiones necesarias para poder poner al día los equipos y cumplir con la demanda, la cual ha sido suplida hasta ahora con importaciones”.