Las naves, llamadas ‘scouts’, son pequeños discos del tamaño de un CD y finos como el papel. Se fabrican con poliimida, un material que forma parte de los trajes espaciales y las velas solares, y llevan células fotoeléctricas, antenas, instrumentos y software para llegar al objeto designado, aterrizar y enviar señales a la Tierra a lo largo de su viaje.
Los propietarios de los ‘scouts’ podrán controlarlos a través de una aplicación especial desde sus ordenadores o móviles. Por un dinero extra los usuarios con el conocimiento suficiente podrán crear un software especial para sus ‘scouts’ para que realicen sus propios programas de investigación.
Los discos pueden ser colectivos o personales, dependiendo de la suma invertida por su propietario en el proyecto, que ha sido colgado en KickStarter para conseguir el financiamiento requerido. Para que el proyecto llamado Pocket Spacecraft sea realidad, sus creadores necesitan recoger 440.000 dólares en 60 días.
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