Lapatilla
Una de las últimas es la carta que Cristina Fernández de Kirchner le envió al Papa y ella misma adjuntó a su cuenta de Twitter. La misiva, en algunos círculos, llegó a considerarse una broma de un «hacker» pero no, es auténtica pese a incluir expresiones como «bla, bla, bla», recomendarle al Pontífice que «Tome mate» (infusión argentina) y otras insólitas o impropias de un Jefe de Estado.