Los argentinos van de sorpresa en sorpresa y la mayoría se las da su presidenta. Una de las últimas es la carta que Cristina Fernández de Kirchner le envió al Papa y ella misma adjuntó a su cuenta de Twitter. La misiva, en algunos círculos, llegó a considerarse una broma de un «hacker» pero no, es auténtica pese a incluir expresiones como «bla, bla, bla», recomendarle al Pontífice que «Tome mate» (infusión argentina) y otras insólitas o impropias de un Jefe de Estado, reseña ABC de España.
«La verdad que es la primera vez que le escribo una carta a un Papa», arranca la viuda de Néstor Kirchner para, tras un punto y un guión, añadir: «Y ni hablar de felicitarle por la celebración del ‘Día del Pontífice’. Ni idea». Al ser corta, merece la pena reproducir párrafo por párrafo el texto. «Me dijeron que eso siempre lo hacía la Cancillería o la Secretaría de Culto. Pero como ahora el Papa es argentino, debería hacerlo la Presidenta», continúa en referencia a la redacción de una felicitación.
Tras un punto y aparte, CFK, siglas por las que se conoce a la presidenta, añade: «Me mandaron un modelo de carta que parecía escrita de compromiso protocolar del siglo XIII. Les dije, ‘eso no lo firmo’. Para eso mejor sigan enviando lo que mandaban. Así que me tomé la licencia de dirigirle una carta (acepté que fuera dirigida a Su Santidad bla, bla, bla, [sic.] tampoco es cuestión de no aceptar nada)», reflexiona.
«Así que -anuncia- Feliz día del Pontífice. Espero que le haya llegado el cuadro con los sellos postales conmemorativos de su Pontificado y el sobre con el ya célebre mate». A renglón seguido, Cristina Fernández, de 60 años, le explica a Francisco: «Mi idea era encabezar con su nombre como Usted prefiere, pero me dijeron ‘no Presidenta’». Ahí, hace un punto y aparte y, antes de firmar, comienza la despedida: «Bueno, ya está (…) Hasta siempre y cuídese. Tome mate. Usted me entiende. Con respeto y consideración».