Desde el año 2009 cuando se promulgó la Ley Orgánica de Educación, se incluyó la obligatoriedad de promover a los niños que cumplieran seis años de edad al primer grado de la educación básica. Para Carolina Gimón, docente especialista en educación inicial, los niños podrían no estar lo suficientemente maduros para enfrentar esta exigencia.
Para la docente este problema se evidencia en la gestión pública, por ser una decisión que toma el Estado. Considera que se “debió bajar un poco el nivel de currículo del primer grado para que la adaptación fuera más fácil” o que los niños ingresen con seis años y medio o siete cumplidos.
“Lo que marca el primer grado es la iniciación de la lecto escritura y eso requiere estar concentrado, abstraído, sentado, es un trabajo individual y los niños de seis años aún están en la etapa de jugar, conversar”, dijo Gimón.
Señala la profesora que la función del preescolar es preparar a los niños para la lecto escritura, pero aprender a leer y escribir debe ser en el primer grado y asegura que para lograr esta capacidad “debería ser suficiente con la jornada escolar”, eso en referencia a que los padres ponen a sus hijos en tareas dirigidas o con profesores particulares.
Para que un niño pase a primer grado “lo primero que se toma en cuenta es la edad por la legislación, en caso de que se tome en cuenta las competencias se ve la motricidad, conceptos previos a la lecto escritura y el desenvolvimiento social en el aula”, informó la docente.
Con la presión que se genera en la familia porque el niño debe entrar a primer grado muchas veces sin tener las competencias necesarios “los padres tienen un rol muy importante con respecto a la motivación, porque el niño es sincero y va a decir que no quiere ir al colegio porque no puede hacer las cosas que le piden, no logra los objetivos, hay que fortalecer su confianza y decirle que con paciencia lo ira logrando, darle mensajes positivos”.
Con información de globovision.com