Marinos de Anzoátegui, dio un golpe de autoridad en el primer partido de la final y demostró por qué es el favorito para coronarse. El plan que diseñó el entrenador Henry Paruta salió a la perfección y su equipo logró imponerse 90 x 84 sobre Cocodrilos de Caracas, en el gimnasio Luis Ramos (Caldera del Diablo), para tomar ventaja de 1 x 0.
La defensa fue la llave que abrió la puerta hacia el éxito para el conjunto naval. Frenaron el accionar del armador de Cocodrilos, Carl Elliott y del escolta Andre Emmett, sobre todo en la primera mitad, para conseguir la conquista.
El primer tiempo quedó favorable a Marinos 47 x 28, después que en ese lapso, con su buena ejecución defensiva, obligó a los capitalinos a botar 12 pelotas, de las cuales ocho fueron entre Elliott (cinco) y Emmett (tres). Además, estos dos jugadores llamados a cargar ofensivamente a los saurios, en esos 20 minutos iniciales solo se combinaron para cuatro puntos (dos para cada uno).
Otro ajuste que le dio buenos resultados al Acorazado Oriental fue el ingreso al roster del pívot Dan Gadzuric, en lugar del escolta Shammell Stallworth. Eso complicó el juego en la pintura del conjunto capitalino y desgastó al “Cocodrilo Blanco” Kris Lang, quien tuvo que batallar con el holandés y luego con Robert Battle, quien entró desde la banca.
El alero Leon “La Moto” Rodgers y el base Gregory Vargas, comandaron la ofensiva de los locales con 20 y 17 contables respectivamente.