El avión experimental solar Impulse estaba a punto de llegar este sábado al aeropuerto de Nueva York, donde espera poder sobrevolar la estatua de la Libertad por la noche, en la última etapa de su travesía por Estados Unidos, AFP.
El avión despegó a las 04H46 (08H46 GMT) del aeropuerto internacional Washington-Dulles pero no tiene permiso para aterrizar en la terminal aérea John Fitzgerald Kennedy de Nueva York antes de las 02H00 de la mañana del domingo (06H00 GMT) para no entorpecer el intenso tráfico aéreo comercial en la región.
Esperando ese momento, el piloto suizo André Borschberg se verá obligado a dar vueltas sobre el Atlántico, antes de poder sobrevolar la Gran Manzana.
“André va a permanecer en esta zona de espera durante algunas horas”, explicó su equipo.
“Parece mentira que los nueve meses de preparativos y dos meses de la misión Travesía de América están llegando a su fin”, señalan los organizadores en el sitio web.
El Impulse es un avión de fibra de carbono, de 1.600 kilos de peso y una envergadura de 63,4 metros, equivalente a la de un Boeing 747.
La aeronave funciona con 12.0000 células fotovoltaicas capaces de producir la electricidad suficiente como para recargar su batería de litio de 400 kilos, necesaria alimentar cuatro motores eléctricos con hélice de 10 caballos de fuerza cada uno, tanto de día como de noche.
El viaje del Solar Impulse a través de Estados Unidos comenzó el 3 de mayo cerca de San Francisco en California (oeste). El avión se dirigió luego a Phoenix (Arizona, suroeste), Dallas/Fort Worth (Texas, sur), St Louis (Misuri, centro), Cincinnati (Ohio, norte) y Washington (este).
Volar por encima del puente Golden Gate, al inicio del periplo, es uno de los mejores recuerdos de viaje para Piccard, mientras que para Borschberg la aventura estuvo marcada por episodios más peligrosos, por ejemplo, cuando el viento se volvió un obstáculo para el buen funcionamiento del avión.
La travesía de Estados Unidos fue “más difícil de lo previsto debido al estado del tiempo: hubo muchos tornados, tormentas, por lo cual varios de nuestros vuelos fueron retrasados o postergados”, agregó. “A pesar de todo sigue siendo un gran éxito”, subrayó.
El objetivo del periplo es la promoción de tecnologías que utilizan energías renovables.
“Nuestro objetivo no es sólo cruzar Estados Unidos, este proyecto debe ser útil para la sociedad, para mostrar a la gente cuán eficaz puede ser el mundo utilizando tecnologías limpias”, subrayó el suizo.
En cada escala, el avión ha estado en exhibición entre una semana y diez días, para que los interesados pudieran verlo y hablar con los pilotos.
Los déficit del aparato incluyen una pequeña cabina vulnerable a las turbulencias y falta de toilet, por lo que los pilotos deben aliviarse utilizando una botella de plástico en viajes que duran entre de 20 a 24 horas.
“Nunca me parece demasiado largo”, había dicho previamente el también suizo Bertrand Piccard, copiloto del avión, a la AFP. “Cuando uno está a bordo del avión más revolucionario, y uno sabe que tanta gente está siguiendo su vuelo, tanta gente que apoya el mensaje de energía limpia, es simplemente maravilloso estar en ese avión”, aseveró.
El avión Solar Impulse, un proyecto lanzado hace 10 años por Piccard y Borschberg, realizó su vuelo inicial en junio de 2009.
En 2010, el avión solar efectuó un vuelo sin escala de 26 horas, mostrando así su capacidad para acumular suficientemente energía de día como para poder volar de noche.
Un año después, hizo su primer trayecto internacional entre Bélgica y Francia, y en junio de 2012, su primer periplo transcontinental de 2.500 km entre Madrid y Rabat, Marruecos, en 20 horas.
Los dos pilotos prevén una vuelta al mundo en 2015 con una versión mejorada de este aparato.
Piccard, psiquiatra de formación, es el nieto del físico Auguste Piccard, inventor del globo estratosférico; su padre es el oceanógrafo Jacques Piccard, uno de los inventores del submarino Trieste que batió récords de navegación en profundidad.