Tensión en Egipto, los partidarios y detractores de Mursi mantienen la presión

Tensión en Egipto, los partidarios y detractores de Mursi mantienen la presión

El clima era tenso este sábado por la mañana en El Cairo, donde los Hermanos Musulmanes convocaron nuevas manifestaciones en apoyo al presidente derrocado por los militares Mohamed Mursi, un día después de que al menos 26 personas perdiesen la vida en enfrentamientos en el país.

(foto AFP)

En varios lugares había barricadas y las calles estaban alfombradas de piedras y de neumáticos calcinados, que daban una idea de la violencia nocturna. Las fuerzas antidisturbios estaban desplegadas, con hombres armados, en algunos cruces y en los puentes, constató la AFP.

La tensión aún era perceptible en las inmediaciones de la universidad de El Cairo, en la orilla occidental del Nilo, donde los Hermanos Musulmanes levantaron barricadas y enarbolaban retratos del presidente derrocado delante de las fuerzas de seguridad.





Los accesos a la plaza Tahrir se encontraban bajo control de los anti-Mursi, armados con palos. Con todo, la calma prevalecía en la plaza, donde cientos de personas pasaron la noche en tiendas de campaña.

Por la noche, los Hermanos Musulmanes convocaron nuevas manifestaciones, lo que hace temer más disturbios, pese a que ellos insisten en el carácter “pacífico” de sus protestas.

El viernes, los enfrentamientos entre los partidarios y los detractores de Mursi y entre los pro-Mursi y soldados causaron unos 20 muertos y centenares de heridos, principalmente en El Cairo y Alejandría (norte), las dos principales ciudades del país.

Además, en la inestable península del Sinaí (nordeste), cinco policías y un soldado murieron en ataques de activistas islámicos que no han sido reivindicados. Por la noche, los islamistas atacaron la gobernación del Norte del Sinaí e izaron su bandera.

Desde el 26 de junio, las escaramuzas dejaron más de 80 muertos en el país.

Los partidarios del ex jefe de Estado islamista multiplicaron las manifestaciones el viernes. A una de ellas asistió su guía supremo Mohamed Badie, poco después de que los servicios de seguridad anunciaran su detención.

El número dos de los Hermanos Musulmanes, Jairat al Shater, fue detenido por la noche, pero Badie advirtió que tienen la firme intención de mantener a millones de personas en la calle hasta que el presidente derrocado recupere su cargo.

“Ya vivimos bajo un régimen militar y no lo aceptaremos una vez más”, lanzó refiriéndose al polémico periodo en el que el país estuvo bajo control del ejército, entre la caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011 y la elección en las urnas de Mursi en junio de 2012.

El movimiento Tamarrod (rebelión), impulsor de las manifestaciones multitudinarias del 30 de junio contra Mursi que desembocaron en su derrocamiento, ha convocado una nueva movilización para el domingo en todo el país en contra de los Hermanos Musulmanes.

El presidente civil interino, Adli Mansur, designado por el ejército, disolvió el viernes la cámara alta dominada por los islamistas, que garantiza el poder legislativo, y nombró a un nuevo jefe de los servicios de inteligencia.

Una “hoja de ruta” anunciada por el ejército fija como objetivo la formación de un nuevo gobierno y la organización de elecciones legislativas y presidenciales pero por el momento no se ha establecido ninguna fecha. La Constitución fue suspendida.

Varias organizaciones defensoras de los derechos humanos expresaron su preocupación por la represión contra los islamistas y el cierre de medios de comunicación cercanos a ellos a raíz del derrocamiento de Mursi.

El fiscal general anunció que se abrirá una causa contra nueve líderes del movimiento islamista, entre los que figura Badie, en el marco de una investigación por “incitación al asesinato” de manifestantes.

Según una fuente judicial, los interrogatorios comenzarán el lunes, incluido el de Mursi, que sigue detenido por el ejército por proferir “insultos al sistema judicial”.

La comunidad internacional se encuentra en un aprieto ante un golpe militar que cuenta con el apoyo de buena parte de la población.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a evitar una política de “represalias”.

Estados Unidos condenó el viernes los enfrentamientos sangrientos e hizo un llamamiento a la calma, mientras que la Unión Africana suspendió a Egipto de sus actividades.

Desde noviembre los opositores a Mursi le acusan de querer acaparar el poder para él y para los Hermanos Musulmanes. Sus partidarios afirman, por el contrario, que hacía falta deshacerse de una burocracia hostil heredada de la era Mubarak.

Este último debe comparecer el sábado en una nueva audiencia de su juicio por corrupción y complicidad en el asesinato de manifestantes. AFP