Por algún tiempo trataré de no abordar el tema electoral. No debemos caer en el desánimo pero tampoco en la demagogia. Confieso que me siento como si estuviéramos en arena movediza, en la que cada movimiento que hacemos nos lleva a sumergirnos más.
Ayer, un vecino, entre la desesperanza y la melancolía, me comentaba que la MUD era una especie de agencia cuya misión estaba limitada única y exclusivamente a la organización de elecciones, cuestión que, ciertamente, es así; y lo ha hecho bien. Por eso, dejémosla que siga de elecciones en elecciones, y así esperar un momento propicio para ver si agarramos distraído al régimen. Por nada estimulamos la abstención. Pero hay que apartar la demagogia. En tal sentido, prefiero ser criticado por expresar lo que siento, y no escribir para complacer a los que creen que a fuerza de votos vamos a zafarnos de este bandidaje, que llegó para no entregar el poder.
Ya lo hemos visto: son capaces de todo. Hasta que un pueblo enardecido no se le plante en frente a esta banda corrupta que nos gobierna, como lo han hecho los pueblos del oriente medio, no vamos a provocar el cambio que la mayoría de los venezolanos queremos y nos merecemos. Sigamos votando a ver si la pegamos, pero, lo más seguro es que el desaliento se vaya apoderando de nuestra gente, que padece abismado la pésima y corrupta gestión de un gobierno ilegítimo que se ha entronizado palmariamente al margen de la Constitución.
Patriotismo: fuente de sus riquezas.-
Hablar de patria es un lugar común en este socialismo del siglo XXI. Los voceros del régimen aparentan sentirse más patriotas que los demás, por mencionarla a cada rato y para lo que sea. A cualquier situación le introducen como complemento el vocablo patria. Llegan al extremo de ponernos a escoger entre patria o papel toalet. Por más inverosímil que parezca el asunto, allí le meten a uno la patria por delante.
La patria envuelve mucho; pero vayámonos a su concepto: “Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”. Eso es la patria, así que no me vengan con el cuento de que los rojos son más patriotas que los que no compartimos su manera de actuar, por la simple razón de que la mencionen a cada rato, y nosotros no. Pienso que para amar a la patria tenemos que sentirla más y mencionarla menos.
Desde luego, a lo largo del tiempo se han establecido algunas normas que procuran su protección. Por ejemplo, en casi todos los países se tipifica como delito hechos que son considerados traición a la patria. Ser traidor es ser desleal a esa tierra natal o adoptiva.
En los regímenes de talante dictatorial, como el que padecemos en Venezuela, se suele especular con calificar como traidor al que no comulgue con las ideas del gobernante. Es común escucharlos decir que somos apátridas. Bueno la ignorancia es osada, y de ignorantes está lleno el gobierno venezolano.
Lo que sí no podemos poner en dudas es que ese discurso les ha dado formidables resultados. Tanto es así, que a fuerza de ese chabacano “patriotismo” los rojos tienen enchufado más de 14 años.
Otra afirmación que pudiéramos hacer sin temor a equivocarnos, es que “defendiendo” la patria, ellos, literalmente se han enriquecido.
No es difícil deducir quiénes son los verdaderos traidores a la patria acá en Venezuela, donde todos sabemos que las líneas de gobierno se imponen desde Cuba.
Lo lamentable de todo es que vemos cómo la vienen destruyendo y seguimos inmovilizados, esperando no se qué cuestión para protegerla.
La hipocresía del patriotismo.-
En estos catorce años, como ya dijimos, se han enriquecido muchos, y otros tantos han consolidado sus fortunas.
Reconozco que ese “patriotismo” vestido de rojo ha arruinado a millares de venezolanos, y también ha procurado destruir la moral de nuestro pueblo. Confieso que han conquistado bastante terreno, aunque todavía queda muchísima reserva moral que jamás podrán someter.
Hipócritas no solo son rojos, hay bastantes disfrazados de opositores que también han llenado sus alforjas con jugosos negocios. Casi todos girando alrededor de los dólares sometidos a control de cambio. Mezcla perfecta: ignorantes y malandros en el gobierno junto a los mafiosos accionistas o directores de algunos bancos, han defalcado a la nación. Hay hipócritas de lado y lado.
¿Patria segura?
Maduro ha tratado de hacer ver que está atacando los grandes problemas del país, entre ellos, la inseguridad. Creó el plan “patria segura”, aunque sepamos que nada, dirigido por ignorantes y militares bandidos, puede estar seguro. Hace poco, una señora junto a su hija fueron acribilladas por efectivos de la Guardia Nacional, supuestamente por haberlas confundido con reclusos fugados de una cárcel. ¡Vaya confusión! Resulta una constante: los malos se les escapan y los inocentes son asesinados. No es descabellado pensar que entre bomberos no se pisan la manguera.
La inseguridad venezolana es de verdad alarmante. Solo los enchufados con escolta pueden andar tranquilos. El resto está al acecho de los malhechores. Ya se nos olvidó la Ley Desarme, que lógicamente sabíamos de antemano que de nada serviría. Ahora el régimen sigue insistiendo en los militares para que nos garanticen la seguridad. Señores, les pido que lean solo dos artículos de la Constitución y sean ustedes mismos los juzgadores: el 55 “Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes” y el 332: “Los órganos de seguridad ciudadana son de carácter civil y respetarán la dignidad y los derechos humanos, sin discriminación alguna”.
Luego de leer esos artículos ustedes podrán apreciar que en ninguno se menciona a los militares, sino que, por el contrario, se deja claro que la seguridad ciudadana debe estar en manos de civiles, lo que no quiso entender el finado presidente ni ahora su heredero.
Maduro y sus espías.-
¿Quién puede entender a estos rojos rojitos? Hace un mes expulsaron “al gringo”, un cineasta que supuestamente estaba espiando en nuestro país. Ahora le están ofreciendo asilo a otro gringo que trabajó para la CIA y que, a todas luces, es un delator de informaciones reservadas al organismo de inteligencia norteamericano.
Edward Snowden es el nombre del estadounidense que desertó de la CIA y que el gobierno de los EEUU anuló el pasaporte.
Indistintamente que estemos de acuerdo o no con lo que hace el gobierno de los EEUU, debemos respetar sus normas. El joven Snowden sabía lo que estaba haciendo y lógicamente aceptó las reglas para trabajar en la CIA. Hoy debe ser visto como un desertor y en el lenguaje “bolivariano del siglo XXI” un traidor a su patria.
¿O es que acaso acá en Venezuela la DIM o el SEBIN no hace lo mismo? ¡Claro está, con muchas limitaciones respecto a lo que hace la CIA! ¿Ustedes se imaginan que un oficial de la DIM hiciera lo que está haciendo o hizo Snowden, que deje colar información secreta del gobierno de Maduro? La respuesta no se haría esperar, ordenarían de manera inmediata abrirle un juicio por traición a la patria.
@pabloaure