Además, ¿a quiénes echan la culpa de la inseguridad jurídica, del fracasado sistema cambiario, de la escasez de divisas, de la corrupción, del escándalo de BANDES-gate, de la fuga de capitales y de cerebros, de la destrucción y ruina de más del 60 por ciento de empresas e industrias productivas del país? ¿A quiénes hay que echarles la culpa, de la falta de mantenimiento en que PDVSA ha sumido a las refinerías de Cardón, Amuay, El Palito y Puerto la Cruz? ¿De quién es la culpa, que hoy, Venezuela exporte menos petróleo y compre, más que nunca, gasolina a los EEUU? ¿De quién es la culpa del fracaso de las empresas básicas de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), como Alcasa, Venalum, Bauxilum, Carbonorca, Ferrominera? ¿A quién le endilgan la culpa, de la falta de mantenimiento y de la ineficiencia de los servicios públicos, como la electricidad y el agua? Entonces, ¿quiénes son los culpables de debilitar la economía y de hacer la moneda tan frágil y débil frente a los países vecinos? ¿Acaso los culpables no incentivan el contrabando de extracción que devela la pobreza y el desempleo de la gente que vive en la frontera?
¿A quiénes acusamos de la espeluznante inseguridad, de la creación de instituciones y sindicatos paralelos, del desconocimiento en contra de los legítimos gremios y de la crisis universitaria? ¿Quién es el culpable, de la desatención de los refugiados, del desabastecimiento, de las ingentes colas y sacrificios que hace el pueblo frente a las puertas de los supermercados para comprar productos de primera necesidad? Y por último, ¿quiénes tienen la culpa que el pueblo sepa, que las cúpulas rojas que gobiernan, son las culpables?
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