Los esfuerzos por reparar las fracturas causadas por la suspensión de Paraguay y las posibles incorporaciones de Bolivia y Ecuador como miembros de pleno derecho centrarán la reunión de cancilleres del Mercosur que mañana arrancará en Uruguay como paso previo a la Cumbre presidencial, EFE.
Los ministros de Exteriores de la asociación analizarán y tratarán de ofrecer una salida al conflicto desatado con el Gobierno paraguayo alejado forzosamente del bloque durante el último año y la negativa de estos a reintegrarse al Mercosur si Venezuela accede a la presidencia del Mercosur sin su visto bueno, tal y como está previsto.
Esta complicada situación política será atendida en esta XLV Reunión del Consejo del Mercado Común, lo que dejará en segundo plano asuntos como la ampliación del bloque a Bolivia y Ecuador, que debería avanzar sin mayores contratiempos, y otros temas de índole comercial y económico que aparecen muy diluidos en la agenda.
Las decisiones de los cancilleres serán finalmente aprobadas el próximo viernes en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del bloque, en donde Venezuela tomará la presidencia temporal de manos de Uruguay.
Sin la presencia de representantes paraguayos, los cancilleres de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela deberán aclarar cuál es el futuro de ese país en el bloque, suspendido tras la destitución parlamentaria del presidente Fernando Lugo en 2012, entendida como un golpe de Estado por sus socios.
Tras la elección democrática de Horacio Cartes como presidente en las pasadas elecciones paraguayas, quien asumirá el cargo el próximo 15 de agosto, los impedimentos esgrimidos para la suspensión del país deberían eliminarse.
Sin embargo, ahora son los paraguayos los que exigen la presidencia del bloque en lugar de Venezuela, cuya presencia en el Mercosur no cuenta con la preceptiva aprobación del Senado paraguayo.
Para los paraguayos, el Mercosur debería tomar “una decisión sensata” en este sentido y cumplir con el pedido de que Venezuela no sea el presidente para garantizar la “dignidad” de su país, según dijo su canciller, José Félix Fernández Estigarribia.
La respuesta de sus socios es categórica y los cancilleres de Uruguay, Luis Almagro, y de Brasil, Antonio Patriota, ratificaron que Venezuela asumirá la presidencia ya que hasta el 15 de agosto, “Paraguay sigue suspendido”.
La reincorporación de Paraguay también obligaría a considerar las relaciones entre Asunción y Caracas, en mínimos después de que los primeros declararan al hoy presidente del país caribeño y entonces canciller Nicolás Maduro como persona non grata por “injerencias” en su política interna durante la destitución de Lugo.
En cuanto a la incorporación de Bolivia y Ecuador la situación es mucho menos complicada y se esperan pasos positivos en ese sentido, particularmente en el caso boliviano.
Además, el caso de la retención del vuelo del presidente Evo Morales en Europa, la semana pasada, sin duda también formará parte de la agenda y se espera que el bloque escenifique su apoyo al mandatario boliviano y su rechazo a las actitudes del Viejo Continente.
Junto a esto, los cancilleres del Mercosur seguirán con el desafío de superar sus persistentes conflictos y asimetrías comerciales y avanzar en el acuerdo largamente discutido con la Unión Europea (UE).
Eso sin contar con la irrupción en la escena de la Alianza del Pacífico, apuesta comercial formada por Chile, Colombia, México y Perú que amenaza con poner en peligro su liderazgo regional y que atrae con fuerza a los socios menores del Mercado Común del Sur, Uruguay y Paraguay, interesados en abrir nuevos caminos para sus productos.
De hecho, Uruguay ya transmitió públicamente su intención de no ser solo observador sino también “protagonista” en la Alianza del Pacífico.
Los cancilleres, además, tendrán como ruido de fondo las fuertes protestas y el profundo malestar social que se ha revelado en Brasil durante las últimas semanas, mostrando las debilidades del coloso del Mercosur y la auténtica locomotora económica de la asociación.
El canciller Patriota se refirió hace semanas al Mercosur reconociendo su importancia “estratégica”, pero también su agotamiento como instrumento para la integración suramericana.
Patriota insistió que hacen falta ahora avances en temas que no sean comerciales, donde apenas hay espacio “para avanzar”, como la ciencia, la tecnología, la salud o la educación.
En este sentido, Brasil y Uruguay firmaron esta semana un acuerdo bilateral para simplificar los trámites de residencia de uno a otro país, entendido como un “primer paso” para garantizar la libre circulación de personas entre ambos territorios.