El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (Legislativo) y también vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, concluyó hoy en Shanghái su visita oficial de cinco días a China, tras reunirse con el máximo líder político de la municipalidad.
Cabello se entrevistó anoche con Han Zheng, quien fue ascendido en marzo pasado al puesto de secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) en Shanghái, la capital económica del gigante asiático, después de servir antes como alcalde de la ciudad, durante la última década, y como vicealcalde en los años noventa.
Con esa reunión y su paso por la zona económica especial shanghainesa de Pudong, donde hoy conoció su tren de levitación magnética (“maglev”, el más rápido del mundo en uso comercial), concluyó el viaje oficial.
Cabello se reunió el pasado martes en Pekín con el vicepresidente chino, Li Yuanchao, después de haberlo hecho el lunes con su homólogo Zhang Dejiang, el presidente de la Asamblea Nacional Popular china (Legislativo).
Ese día habló también en persona con Wang Jiarui, director del Departamento Internacional del Partido Comunista de China (PCCh), además de vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh, el principal órgano consultivo del Gobierno del país oriental).
Cabello visitó también en Pekín la Escuela Central del PCCh, donde dijo que “la razón fundamental de este viaje es estrechar la relación entre partidos”, y donde adelantó que un primer grupo de los “50 de los mejores cuadros” del PSUV viajará próximamente a esa escuela pequinesa para completar su formación política.
El vicepresidente del partido gobernante venezolano explicó el lunes en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín que su visita responde a “la tarea que nos encomendó el presidente eterno Hugo Chávez de estrechar las relaciones entre nuestro partido, el PSUV, y el PCCh”.
A la visita de Cabello seguirá en unos días la del vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza, así como, ya en septiembre, la del presidente Nicolás Maduro. EFE