Miguel Ferrer, gerente de Anti-ilícitos de Bigott, la cigarrera más grande de Venezuela, afirmó que el contrabando de cigarrillos aumentó 183% en los últimos seis años, debido a la falta de vigilancia en las fronteras con Colombia e islas del Caribe.
El representante de la tabacalera explicó que en 2007, 600 millones de cigarros entraron al país de manera ilegal, mientras que el año pasado la cifra se elevó a un mil 700 millones de unidades.
“60% del producto viene de Paraguay y es fabricado por la cigarrera Tobesa, propiedad de Horacio Cartes, presidente electo de esa nación. La mercancía entra legalmente a Aruba, Curazao y Colombia, donde, quienes la compran pagan sus impuestos. Pero, cuando ingresan al país, no cancelan tributos. Es en ese momento cuando la actividad se convierte en un ilícito”.
Posteriormente, el producto, de marcas como Marine, Ivisa, Rumba y Open, es distribuido en estados como Zulia, Falcón, Carabobo y Aragua. Anzoátegui y Sucre también se han convertido en escenario del delito.
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