En teoría la función de un buen jefe es motivar, apoyar y conducir a los empleados para lograr sacar de ellos la máxima productividad y la mayor calidad en su trabajo. Pero en la práctica es difícil ser un buen jefe y muchos ven a las personas que tienen a su cargo como competidores o enemigos.
Cuando nuestro superior es uno de esos malos jefes no nos queda más remedio que defendernos psicológicamente ante tal situación para que llegar cada día al trabajo no se convierta en una batalla constante.
Cómo actuar ante un mal jefe
Lo primero que debes hacer para protegerte es conocer bien a tu jefe. La información es poder. Si sabes por dónde cojea, sabrás cómo actuar. Hay directivos con un ego desmesurado, con ansias por ascender, mentirosos, con un carácter manipulador o con oídos solo para lo que quieren oír.
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