El primer acto del plan electoral de Fidel comenzó con la puesta en escena de dos personajes principales de la obra: Tibisay Lucena y Jorge Rodríguez. Estos dos fueron indispensables a la hora del apoderarse del sistema electoral venezolano.
A mediados del año 98 la situación electoral de Hugo Chávez había dado un vuelco. Su candidatura por el recién creado Movimiento Quinta Republica (MVR) crecía aceleradamente mientras que la de su principal rival Irene Sáez colapsaba. Para ese momento el MVR no tenía representación en el CSE y Luis Miquilena, siempre previsor, actuó para corregir el entuerto. Luego de tocar discretamente las teclas necesarias, su hija Sonia Miquilena y una desconocida socióloga llamada Tibisay Lucena fueron incorporadas como nuevas empleadas del CSE. Todos sabemos quién recomendó a Sonia, lo que es un secreto es quien propuso a la tímida y retraída Tibisay. Cuando Luis Miquilena se apartó de Chávez, su hija fue separada automáticamente del CSE. Tibisay en cambio siguió allí porque alguien poderoso tenía trazado un plan que ella debía cumplir. Ella no conocía los detalles secretos del plan, pero como cripto marxista tenía un rol que cumplir para facilitar su ejecución.
Lucena es una comunista encubierta de bajo perfil graduada en la UCV, que por razones desconocidas, como Maduro, mantiene en secreto muchos de sus datos personales y familiares. En esa casa de estudios conoció a Jorge Rodríguez siendo líder estudiantil. Antes de ser propuesta para el CSE, una mano invisible le consiguió una beca del gobierno de Caldera para hacer un postgrado sobre técnicas electorales en EEUU. De esa manera ingresó en La Nueva Escuela de Investigación Social en Nueva York, una pequeña institución educativa de tendencia marxista creada en 1919 para instruir a exiliados judíos comunistas.
Según su página web, esa escuela es “El hogar de los pensadores progresistas”. Los gringos de ultra izquierda se llaman “progresistas” para evitar el estigma de ser identificados como comunistas. Entre sus profesores más conocidos estuvieron Hannah Arendt y Herbert Marcuse. La Sra. Arendt, fallecida en 1975, es famosa por su tesis contra el sistema electoral representativo. El profesor Marcuse, quien murió en 1979, es el padre de “La nueva Izquierda” y es conocido por sus feroces criticas a la sociedad capitalista. Las influencias de estos dos pensadores aun se sienten en esta institución a la cual acuden izquierdistas de diferentes países.
Al ingresar al CSE, Sonia y Tibisay manifestaron ser políticamente independientes. Su llegada no fue accidental. Las dos habían sido escogidas con gran discreción por el Comité de Estrategia del MVR. Ese secretivo comité era controlado por Luis Miquilena y Jorge Rodríguez. Estaba claro que el padre había recomendado a su hija y que la socióloga era la candidata del siquiatra.
Luis Miquilena para entonces era el principal promotor de la candidatura de Chávez. Jorge tenía una delicada misión que cumplir. Antes de ingresar al MVR trabajó con Teodoro Petkoff en el Ministerio de Hacienda de Caldera manejando la crisis del pasaje estudiantil. Entre ambos existe una relación casi fraternal de larga data. Teodoro y el padre de Jorge fueron camaradas cercanos. La colocación de fichas de los partidos en el CSE no era algo tenebroso. Era práctica acostumbrada que los partidos tuvieran acceso a la información que allí se manejaba y cierto grado de control sobre sus decisiones. Era natural que el MVR quisiera colocar unas fichas allí.
Luego del triunfo de Chávez, el esfuerzo del gobierno se orientó a convocar una Asamblea Constituyente. El objetivo era redactar una nueva constitución en la que se incorporarían cambios revolucionarios. Algunas de las ideas novedosas seguramente fueron propuestas por Fidel Castro para garantizar la reelección perpetua de sus candidatos.
Entre los escogidos para ser diputados a la Constituyente había dos jóvenes poco conocidos: Nicolás Maduro, quien se desempeñaba como guardaespaldas de Chávez, y Jorge Rodríguez, quien luego de trabajar con Petkoff en el Ministerio de Hacienda se encargó de los asuntos electorales en el Comité de Estrategia del MVR. Ambos jóvenes tenían raíces en la Liga Socialista y por esa vía tenían buenas conexiones con Ali Rodríguez Araque. El comandante “Fausto”, antiguo lugarteniente de Douglas Bravo ya era conocido como el “Hombre de Fidel en Caracas”.
En la Constituyente el MVR asignó responsables para ciertas áreas que se consideraban estratégicas. Para los asuntos electorales se designó a Jorge Rodríguez, pese a ser médico siquiatra. Para cubrir esa falencia habían formado a Tibisay como “experta electoral” y la había sembrado en el CSE para que adquiriera experiencia. Jorge tenía grandes planes con su pupila Tibisay.
Al comenzar su función los jefes de área en la Constituyente recibieron “línea” de Chávez sobre lo que debían hacer. Cada uno recibió su lista de los cambios a ser introducidos en la Constitución y en otras leyes. Chávez, que estaba inmerso en la campaña y luego en las tareas de gobierno, no pudo ser el redactor de muchos de los cambios revolucionarios propuestos. No es descabellado imaginar que algunos puntos cruciales de ese documento hayan sido recomendados desde Cuba. A partir del viaje de Chávez a La Habana en 1994 las relaciones con Fidel se habían estrechado y se habían establecido lazos comunicantes a través de “Fausto” y la embajada cubana. Es probable que además del inevitable apoyo económico secreto, Cuba haya dado asesoría sobre cambios que facilitaran la puesta en práctica del Plan Prócer dirigido al área electoral.
Hasta que concluyó el engorroso proceso de la Constituyente y se puso en vigencia la nueva constitución no se pudieron dar pasos firmes para poner en práctica el proyecto de Fidel. El referendo consultivo para autorizar la convocatoria de la Constituyente se llevó a cabo el 25 de abril del 99. El 15 de diciembre de ese año el texto de la nueva constitución fue aprobado en referéndum. El 27 de diciembre de 1999 se nombraron las nuevas autoridades del CNE. La escogencia se hizo aplicando los nuevos criterios que aseguraban al gobierno la mayoría necesaria para controlar las decisiones. El 27 de diciembre de 1999 Omar Rodríguez Agüero fue elegido como el primer presidente del CNE según los lineamientos de la nueva Constitución. La puesta en escena del primer acto había concluido. A partir de allí empezaron a ocurrir cosas increíbles que narraré en mi siguiente artículo.
@GenPenaloza