La cotidianidad del venezolano se ha convertido en una tarea titánica y difícil cuando adquirir los productos de primera necesidad se trata, debido a la escasez que se deriva según el gobierno por la especulación y acaparamiento, mientras que empresarios o comerciantes hablan de la falta de producción, publica diarioregion.com.
En el caso de los carupaneros no es la excepción, por cuanto diariamente se aprecia cómo en los principales supermercados sus vitrinas están completamente vacías y “rellenadas” con otros productos que aún no escasean, reflejando una merma en cuanto a la presencia de la clientela.
En la calle se aprecia un tumulto de gente que desde horas de la madrugada hacen cola para comprar un par de harina precocida, mantequilla, leche, aceite o papel sanitario por ejemplo, a precio regulado.
Además de la “desaparición” de los principales artículos que abarcan la cesta básica familiar, existe una serie de comerciantes informales que trabajan con otro tipo de mercancía, pero que a su vez se les ve sobre una caja los principales alimentos del carupanero, al doble o triple de su precio marcado, sin que las autoridades correspondientes pongan coto a este abuso que golpea noblemente el bolsillo de los padres y madres de familia.
Aunado a ello, la red de mercados populares a los cuales apuesta el Gobierno Nacional, llámese Abastos Bicentenario, Mercal, Pdval, entre otros, periódicamente ponen en venta varios de los productos que habitualmente están “desaparecidos”, pero por igual en medio de las kilométricas colas, que incluso entorpecen el paso de peatones en las aceras y acarrean molestias a los ocupantes del tránsito automotor, lo que genera caos total en la ciudad.
Ante la alarmante situación, donde ahora se come menos y se gasta más, no se aprecia una verdadera solución que permita llevar este asunto a su normalidad y visualizar lo que en otrora era para el carupanero la opción de adquirir sus alimentos o productos primarios sin tener que calarse una cola o buscar una “palanca” que les proporcione los rubros de forma más viable.
Todo esto se traduce en que el carupanero se ha acostumbrado a hacer una cola para comprar uno o dos productos, ya que de otra manera tendría que contribuir a la especulación de los buhoneros que expende los artículos al doble o triple de su precio habitual.
Otro punto es la existencia de un grupo de personas adicta a las llamadas compras nerviosas, adquiriendo en grandes cantidades, lo que contribuye a que muchas personas se queden sin adquirir lo que requiera.
Es por ello que los habitantes del municipio Bermúdez hacen un llamado a las autoridades competentes para que le metan la lupa a esta situación, la cual se hacen cada día más insostenible y no se le carriles de solución, por lo menos hasta ahora.
Carupaneros se acostumbraron a kilométricas colas para comprar comida
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