¿Hasta dónde involucrarse?, ¿Hasta dónde dejar que te afecte?

¿Hasta dónde involucrarse?, ¿Hasta dónde dejar que te afecte?

Hoy viví la penosa experiencia de acompañar a un amigo mientras lloraba la partida de su madre, en lo personal la muerte me molesta, me hace ruido, me perturba y luego de esta experiencia además de reflexionar sobre todo esto, solo pude escribir un tweet, que sin duda representa el desenfoque que esto me genera, “No hay nada más difícil de manejar q la muerte… #animoEnOff.

Por esas razones de la vida que rara vez pueden explicarse, revivió en mi cabeza un recuerdo, y revivió como fuese ayer: era sábado 11 AM de un soleado día en la costa, recuerdo que trabajaba en mi serie “Crónica de un hospital”, cuando de repente irrumpe en la tranquilidad de aquel hospital, una mujer rubia, alta, de muy buen look, con un niño en sus brazos, recuerdo el momento y la piel se me eriza, era un niño claramente muy distinto a ella, sus rasgos, su color de piel, su cabello…  era evidente por su color morado intenso, que yacía sin vida en los brazos de aquella mujer, a quien luego de escucharle contar su historia, pude entenderle que encontró el cuerpo de aquel niño flotando en las orillas de una laguna que se encuentra junto a la playa cercana de aquel hospital. La escena es por demás perturbadora; en un simple acto de respeto, mi cámara se pierde dentro de mi mochila, no puedo evitar que me afecte, inmediatamente pienso en mis hijas, mi psiquis me juega una mala pasada, es sencillo, estaba a punto de quebrarme.





En mi criterio, todo fotógrafo con tendencia documental o foto periodista debe prepararse para estos momentos, pues siempre existe la probabilidad de que estando en alguna situación de riesgo o documentando alguno de los temas que por lo general nos cautivan, “aquella señora de la bata negra” se dé una vuelta por los alrededores y se haga sentir muy de cerca.  Es una situación que va a afectarte en la medida en que te involucres, solo es cuestión de cerrar tu mente.

Algunos consejos útiles:

– Cuando sientas que no puedes mas, retírate unos minutos, es mejor perder una foto, que la compostura o la cordura.

– Ten pensada de antemano tu reacción.

– Consérvate fuera de la situación, en aquella escena no eres un actor, preferiblemente (si no estás allí por ello) hazte a un lado.

– Por sobre todas las cosas, ten pensado “¿ qué harás con tu cámara ?”, hay cientos de formas de abordar este tipo de situaciones, pero básicamente podemos dividirlas en dos, de una forma elegante, conceptual y artística o de la forma amarillista en que un fotógrafo de la extinta “Crónica Policial” lo haría (básicamente rayando en el morbo).

Ese sábado, aquel que hoy invade mis recuerdos, no solo murió Jesús (así se llamaba), también vi entrar a una mujer mayor caminando, a quien luego que su corazón le jugase una mala pasada desfilo cubierta por una sábana verde por aquel oscuro pasillo que conducía a la morgue.

Disparar en estas condiciones sin perder tu norte nunca es sencillo, pero estas allí por un motivo, tienes un objetivo, y es parte de lo que has ido a documentar.  Como ya es costumbre, dejo mis imágenes en representación de aquellos momentos.

“Jesús se ha ido”
“La milla verde”

Este post, va en honor a aquellos quienes han tenido la desdicha de perder a un ser querido y a quienes por esas cosas de la vida, nos ha tocado dejar algún registro de ello.

Ricardo Arispe.

www.ricardoarispe.com

[email protected]

@rarispe

“Crónica de un Hospital”, publicada por Mirada Expuesta, diario El Universal.