Boca Juniors anunció que vestirá en la temporada 2013-14 una casaca alternativa de color rosa, lo que enseguida desató la polémica. Su clásico rival River Plate no para de burlarse, un ex entrenador boquense la consideró poco masculina y algunos hinchas propios llamaron a boicotear la nueva vestimenta. AP
La reacción por la nueva camiseta al parecer ha sido la esperada por Nike, la compañía que viste a Boca, pues en los pocos días ya se ha convertido en un éxito de ventas.
El mito dice que apenas fundado el club a principios del siglo XX era común usar camisetas de distintos colores para diferenciarse de los rivales. Y que en alguna ocasión el color elegido habría sido rosa. Otra versión de la historia sostiene que Boca vestía de rojo y que a causa de los lavados se fue destiñendo hasta tomar un tono rosado.
El fútbol argentino, un ambiente machista con rasgos homofóbicos, enseguida puso el foco sobre la masculinidad tras difundirse el nuevo modelo.
El veterano entrenador Alfio Basile, que tuvo dos ciclos en Boca, reflexionó en una entrevista que “en mi época no te la podías poner”.
“Si usabas una camiseta rosa te trataban de p… (término soez). Antes nos hubieran matado, pero hoy es otra cosa. Hay que vender camisetas”, acotó.
Ramón Díaz, técnico de River, comentó con sorna: “¿Rosada es? ¡Ah, que lindo! ¿De azul y amarillo pasan a rosa? Ta bueno”.
En las redes sociales, las burlas de los millonarios fueron desopilantes: algunos comparan a Boca con la Pantera Rosa y el dinosaurio Barney. También se publicó un vestido largo de ese color y el escudo de Boca con la leyenda: colección 2013/2014.
“La camiseta de Boca es azul y oro, el resto es marketing. La rosa no me gusta”, opinó el ex delantero Martín Palermo, máximo goleador en la historia de Boca.
Hasta el momento, ningún dirigente ni jugador actual de Boca se ha pronunciado sobre la nueva vestimenta.
En foros de hinchas, las opiniones están divididas.
Ana Bonissone escribió en el blog La Mitad Más Uno, como se apoda a la hinchada de Boca, que “es lógico que necesitamos ingresos, pero ¿a costa de cualquier cosa? No, los hinchas de Boca sabemos de nuestros orígenes, sentimos nuestra camiseta y nuestros colores… cuando mezclan la PASIÓN con los NEGOCIOS ya me molesta”.
Algunos hinchas hicieron circular por twitter la consigna #noalacamisetarosa.
Polémica al margen, en su primera semana en el mercado la camiseta se vende como pan caliente.
Alejandra Serrano, encargada de un local de deportes en la peatonal Florida, en pleno centro de Buenos Aires, dijo a la AP que desde el lunes ya vendió 40 camisetas rosas a un precio de 700 pesos (127 dólares), una cifra que supera las expectativas.