Un contrato con Venezuela fue el trampolín que utilizó Cuba para comenzar a vender servicios de identificación a gobiernos latinoamericanos afines con el proyecto político del fallecido presidente Hugo Chávez. El acuerdo comercial de 172 millones de dólares, suscrito en 2007 para la provisión de la cédula electrónica venezolana, le abrió las puertas a empresas estatales de la isla para participar como intermediarios y proveedores en el mercado de documentos de identidad con chips, el cual está dominado por un selecto grupo de países en cuya cima se encuentran Alemania, Países Bajos, Francia, Finlandia, China y Estados Unidos.
La negociación entre Caracas y La Habana –que se hizo sin discusión pública– no sólo puso en manos extranjeras los datos de los venezolanos. También constituyó la oportunidad ideal para Cuba de ampliar sus horizontes estratégicos. El acuerdo –cuyos detalles fueron revelados por El Nacional el de 17 de julio de 2011– fue firmado por el Ministerio del Interior con la compañía cubana Albet Ingeniería y Sistemas, la cual a su vez subcontrató a la multinacional holandesa Gemalto para desarrollar el proyecto de la cédula electrónica venezolana. El documento incorporó la figura de la “autoría moral” para garantizar a los antillanos la propiedad de los programas que fueron desarrollados entonces y que ahora forman parte del portafolio comercial que los cubanos ofrecen en el continente.
Por medio de decretos presidenciales, Argentina y Bolivia también pusieron en manos de Cuba el diseño y manejo de nuevos sistemas de identificación electrónica. Funcionarios de la isla ahora están involucrados con servicios gubernamentales que contienen datos sensibles de más de 80 millones de ciudadanos en Latinoamérica. Los diplomáticos cubanos se han preciado de la utilidad de los productos para sus socios en la región. “Hemos desarrollado una tecnología que nos ha permitido afrontar con éxito la seguridad de un país asediado”, dijo Rolando Gómez, embajador de Cuba en Bolivia, cuando fueron presentados en La Paz los sistemas de emisión de pasaportes con chips en 2012. En ese acto dijo que así lograron controlar la subversión: “Ha sido neutralizada a partir de nuestros propios sistemas de seguridad, mediante el control de entrada y salidas al territorio para ejercer plena soberanía”.
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