Maduro escribió a través de su cuenta en Twitter: “Comandante a cinco meses de tu partida, sigues al mando de la Patria con la fuerza de tu legado Inmortal. Chávez Vive”.
Comandante a cinco meses de tu partida,sigues al Mando de la Patria con la fuerza de tu Legado Inmortal.Chávez Vive. pic.twitter.com/XDAuyrN5Jr
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) August 5, 2013
5 de marzo de 2013: Hasta siempre
A las 4:25 de la tarde, el vicepresidente de la República, Nicolás Maduro, anuncia el fallecimiento del comandante Hugo Chávez quien ya se encontraba en el Hospital Militar de Caracas. La ciudad capital colapsa ipso facto y cientos de seguidores se abocan a las afueras del centro médico para dar un último adiós a quien batalló por más de dos años contra un abrasivo cáncer.
El mediodía del 6 de marzo, desde San Martín hasta Fuerte Tiuna, las vías de Caracas se convirtieron en una marea roja. Jóvenes, pequeños, viejos, gente del interior y de la ciudad capital inundó las aceras, las calles, las azoteas. Los tricolores nacionales ondearon en las ventanas de miles de hogares y los claveles volaron cuando el féretro de Chávez fue trasladado por sus hombres y mujeres de confianza, acompañados de quienes simplemente salieron de casa a vivir el duelo en la calle.
En total 9 días estuvieron los restos inmortales, como decían quienes hicieron kilométricas colas de hasta 12 horas para verlo, en Capilla Ardiente, con el propósito de que la mayoría de los que sufren su pérdida pudieran despedirse en cuerpo presente.
Finalmente, el 15 de marzo, en un ejercicio circular de la historia, es trasladado al Cuartel de la Montaña “4 de Febrero”, ubicado en la parroquia 23 de Enero. Allí donde comenzó todo, en la madrugada del 3 de febrero de 1992. Los vecinos de la parroquia, entre lágrimas y bailes de joropo, recibieron al bien amado nuevo huésped.
En el cuartel, donde yace en el centro su cuerpo, flamea también, permanentemente, la antorcha que atraviesa la vista hacia los bloques del 23. Día y noche arde el fuego resguardado con celo por la guardia de honor, como en una metáfora que recuerda lo que el mismo Hugo Chávez sentenció un día: “si alguien abre mi tumba cien años después, ahí verán a la candela prendida todavía”.
“Aquel que tiene un por qué vivir puede enfrentarse a todos los cómos”, dijo Nietzche. Aquel que burla a la muerte en la infancia, burla a la muerte que amenaza a los rebeldes, burla a la muerte del espíritu que confiere la libertad cercenada tras las rejas, burla a la muerte política por la que afanados trabajaron sus adversarios, burla a la enfermedad hasta el límite. “Aquel que tiene un por qué vivir puede enfrentarse a todos los cómos”, qué duda cabe.