Pero la carrera no se detiene; pueden cambiar los caballos, pueden cambiar los jinetes, pero la carrera continua. Los votos para ganar cualquier elección se siembran antes del inicio de la campaña electoral; durante esta, sólo se cosecha lo sembrado, y quien no cuide este aspecto llegará a la batalla con cañones pero no tendrá municiones.
Resulta natural entonces que todas las agrupaciones políticas se preocupen por mantener un constante monitoreo del estado y tendencia de las matrices de opinión. Y así es, estudios van y estudios vienen, sin embargo, es muy poco lo que llega a hacerse público. Y es que es en estos tiempos de “calma” cuando el uso de estos estudios de opinión se concentra en para lo que realmente fueron desarrollados, esto es, servir de herramientas que apoyan la toma de decisión y no como protagonistas de propaganda electoral.
¿Pero qué ha ocurrido en estos meses con la estructura de las matrices de opinión?, ¿cuál ha sido su evolución? Créanme, “la cosa se mueve”, y se mueve de una manera muy interesante; y es precisamente con el conocimiento de estos movimientos que los actores políticos pueden ajustar sus estrategias y así arar el terreno para sembrar ideas y sensaciones que, durante una campaña electoral, terminarían por germinar en la mente de los votantes. Algo de esto comentaremos en un próximo artículo.
Félix L. Seijas Rodríguez