Este lunes, en horas de la mañana, fue trasladado por funcionarios de la policía científica a la sede de la medicatura forense, en el Hospital Central de San Cristóbal, el vicario parroquial que es investigado por presunto ultraje, actos lascivos y amenazas de muerte a cinco mujeres. lanacion.com.ve
La presencia del sacerdote en esas instalaciones obedeció a una diligencia solicitada por las fiscalías 6ª y 16ª del Ministerio Público, que conocen del caso, para que una doctora especialista en psiquiatría lo sometiera a una evaluación psiquiátrica, resultado que solo será del conocimiento de la parte interesada.
Poco más de hora y media permaneció Isaías Albarrán, de 35 años de edad, dentro de la instalación y luego, esposado, tal como lo llevaron, fue nuevamente trasladado a la sede del Cicpc, donde permanece recluido por orden del tribunal segundo de Control del circuito judicial penal del estado Táchira.
Este mismo juzgado, la semana pasada decretó su privativa de libertad, una vez aceptó los alegatos de los representantes del Ministerio Público.
Albarrán, de 35 años de edad, fue aprehendido el pasado 30 de julio, por su presunta responsabilidad en el abuso sexual de tres mujeres y dos adolescentes en el estado Táchira. El fiscal, Juan Sánchez, imputó al presbítero por la presunta comisión de los delitos de violencia sexual en grado de tentativa, amenaza gravada y violencia agravada, previstos y sancionados en la Ley sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
El tribunal, con base en los elementos de convicción expuestos por el fiscal, dictó medida privativa de libertad para Albarrán y fijó como sitio de reclusión la sede del Cicpc, mientras se cumple el lapso correspondiente para la presentación del acto conclusivo.
Las investigaciones adelantadas en torno a este escabroso hecho indican que el sacerdote fue detenido por la policía científica luego de diversas denuncias acerca de su presunta vinculación con el abuso sexual.
Entre las evidencias de interés criminalístico que le colectaron, figuran tres teléfonos móviles de su propiedad, un cuchillo, con el que presuntamente sometía a su víctimas; mientras que en el interior de su vehículo, un Chevrolet Spark, dorado, se incautaron de otra serie de elementos que pudieran incriminarlo aún más en el hecho que se le imputa. (MB)