Lapatilla
Begley, de 23 años de edad, recibió una descarga eléctrica de 50.000 voltios de una pistola de electrochoque (también llamadas ‘taser’), un arma supuestamente no letal paralizante. Sin embargo, el impacto resultó fatal para el joven, que probablemente sufría alguna dolencia cardiaca, y dos horas después del incidente murió en un hospital.
La madre del fallecido pide justicia y ya ha presentado una demanda contra los agentes de la Policía local que realizaron el ataque. La mujer ha contado que el día del accidente su hijo discutió con un vecino después de que este empezara a amenazarle, por lo que ella llamó a la Policía.
Dos agentes acudieron a la llamada, pero pronto también se acercó a la casa familiar una camioneta con un grupo de captura armada. Al principio la mujer no se sorprendió cuando los agentes le preguntaron si era de la ciudad de Sale, pensando que se trataba de algún tipo de error. Solo después de la muerte del joven, la madre se enteró de que de esta localidad cercana procedía un ladrón que se había escapado de la cárcel en la víspera y por una trágica casualidad, tenía el mismo nombre y apellido que su hijo.
La mujer recuerda que al llegar, los agentes empujaron a Jordan dentro de la casa, pero el muchacho no se mostró asustado y cumplió con todas las órdenes de los oficiales. De repente, mirando desde el patio a través de la puerta abierta, la señora Begley vio a los policías levantando hacia su hijo una pistola ‘taser’. Cuando Jordan, que trataba de alejarse de sus agresores, se encontró pegado contra la pared, un policía cerró la puerta de la casa en las narices de la madre. Cuando la mujer vio a su hijo otra vez, ya estaba inconsciente y con contusiones en el cuerpo.
Según comenta uno de los policías presentes en el lugar en el momento del ataque, los agentes se vieron obligados a disparar a Jordan, porque tenía un cuchillo en la mano. Sin embargo, aún no hay ninguna prueba de que este testimonio se corresponda con la realidad.
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