El senador opositor boliviano Roger Pinto, que este domingo fugó a Brasil tras permanecer 15 meses en la embajada de ese país en La Paz, es un abogado ganadero de larga trayectoria política que ocupó varios cargos públicos.
Pinto, de 53 años, nació en el amazónico departamento de Pando (norte), territorio del cual fue juez y también gobernador en la década de los noventa y que llegó a representar como diputado nacional y como senador.
Pando es un departamento ganadero donde las fuerzas políticas de derecha tienen gran influencia.
El senador es aficionado al deporte y particularmente al fútbol, y en alusión a un robusto árbol amazónico, conocido por su fortaleza, sus allegados lo apodaron “Chonta”.
Su carrera política se extiende por al menos 30 años. Fue aliado del expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), pero posteriormente ganó la senaturía por su región en la agrupación política de derecha Convergencia Nacional (CN) en los comicios nacionales de 2009.
En mayo de 2012, el senador opositor buscó refugio en la embajada de Brasil en La Paz alegando persecución política, después de que presentara denuncias de corrupción contra el oficialismo.
Durante 15 meses, Pinto estuvo recluido en un estrecho ambiente, donde apenas entraba el sol y adonde se asomaba ocasionalmente para saludar a sus correligionarios políticos.
Sólo tres personas estaban autorizadas para visitarlo: su hija menor, Denisse, su abogado y un asistente.
Pinto tiene otras dos hijas, Paola y Jeanine, y una esposa, las cuales radican en Brasil.
Aunque Brasil le otorgó asilo político, el gobierno boliviano le negó reiteradamente el salvoconducto alegando que el asunto no era político sino judicial.
El gobierno lo responsabiliza de casos de corrupción y de daño económico al Estado cuando se desempeñaba como gobernador de Pando y como director de la Zona Franca de Cobija (2000), donde habría asignado irregularmente recursos a la Universidad Amazónica de Pando.
Se dijo también que había estado relacionado en 2008 a “la masacre” de una docena de indígenas allegados al gobierno en oportunidad de un conflicto político en Pando.
En junio, un tribunal de sentencia lo condenó a un año de cárcel por daño económico al Estado, pero su defensa replicó que se trataba de “un fallo político” cuyo objeto era impedir su salida del país, y sus abogados anunciaron que apelarían tal decisión.
Este fin de semana, Pinto abandonó sorpresivamente las instalaciones de la embajada donde estaba refugiado y arribó por vía terrestre a Brasil donde prevé asentarse con su familia.
AFP