Su fascinación por los tatuajes comenzó cuando solo tenía 9 años. Pero ahora, a sus 33 años, decidió pasar a otro nivel en el campo del arte corporal y obtener un tatuaje en 3D.
Mathew Whelan de Stechford, Birmingham, se ha sometido a un procedimiento que implica el uso de una máquina quirúrgica eléctrica para quemar y cauterizar la piel. Sí leíste bien, para lograrlo tiene que dejar que quemen su piel.
El instrumento utilizado es similar a una pluma, pero utiliza corrientes eléctricas para quemar a través de la carne, causando cicatrices permanentes.
“Sé que suena loco y doloroso, pero conseguir un corte con papel puede hacer daño con mayor intensidad”, dijó Whelan. De hecho, los riesgos son muchos pues su cuerpo podría entrar en shock. Sin embargo, Whelan asegura a Daily Mail haber visto a su médico antes de empezar con su nuevo tatuaje.
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