Revisando por curiosidad periodística la cuenta twiter de Maduro encontramos que sigue a 36, todos del oficialismo y medios gubernamentales, por lo que es fácil colegir que sólo recibe mentiras y/o verdades adulcoradas.
Alguien le habrá comentado a Nicolás que el informe del Banco central de Venezuela reconoce un 76 % de escasez de la leche en polvo. Alguien le podrá informar que los hospitales públicos se encuentran en el desastre y desabastecimiento total de insumos y que, por si eso fuera poco, quienes allí laboran corren riesgo por sus vidas. Alguien le habrá comentado del reciente asesinato de una enfermera dentro de las instalaciones de la Maternidad Concepción Palacios.
Maduro no sigue por la red social tuiter a Rodríguez Torres, el de “Patria Segura”, quien ha informado por esa vía que: “la extrema derecha contrató a 800 hombres para ejecutar un plan magnicida contra Maduro”. Si dicho plan existiera ¿Dónde están esos hombres? ¿Hay alguno detenido? ¿En cual teatro o recinto se reúne ese gentío?.
A otro que no sigue Nicolás es a Rafael Ramírez, el hombre de los dólares del petróleo quien en 140 caracteres nos ha dicho que: “la industria petrolera venezolana está infiltrada”, si eso es así ¿Cómo es que vamos a producir los cacareados 4 millones de barriles diarios en la faja del Orinoco? ¿Con los infiltrados, los mismos del supuesto saboteo en Amuay? La verdad que esta gente se enreda en sus mentiras!!!
Lo cierto es que el país se empobrece, los sueldos no alcanzan, los ciudadanos se desesperan buscando los alimentos de la cesta básica y el el hombre de la alimentación tiene el tupe de afirmar que dicha situación es culpa del acaparamiento en los hogares.
Es que para este desgobierno, dos kilos de arroz, dos kilos de harina de maíz y dos kilos de café …es acaparamiento. No tengo dudas que las casa de ellos…están full.
No se le olvide, amigo lector, tal y como lo escribí en las dos columnas anteriores…todo forma parte de un plan preconcebido hace años para transformarnos en una sociedad de imbéciles de un gobierno que domina todos los poderes y pretende ahora una habilitante, para confiscar lo que queda.