Nicolás Maduro ha realizado ocho viajes al exterior desde que asumió la presidencia en abril pasado Se comprueba que le ha tomado el gusto a viajar así como a encadenarse y hablar más de la cuenta.
De estos viajes destacan los efectuadas a sus principales amigos y camaradas alrededor del mundo: Raúl y Fidel Castro, Daniel Ortega y a los hombres fuertes de Rusia y Bielorusia Vladimir Putin y Alexander Lukashenko.
Ha sido de los pocos gobernantes en apoyar abiertamente al régimen genocida de Bashar Al Assad. Sus críticas van dirigidas a las naciones que intentan acciones en defensa del pueblo sirio, para su amigo el dictador solo flores y petróleo.
El castro comunismo lleva 54 años en el poder, sus manos ensangrentadas con los quince mil muertos fusilados o asesinados en cárceles y ciudades y los cientos de miles de emigrados huyendo de la isla buscando libertad hablan del régimen de oprobio que Maduro defiende a capa y espada.
Ortega y el sandinismo nicaragüense que han escrito una historia de opresión y salvajismo político, tienen en Maduro un incondicional amigo que los ayuda para que puedan sostenerse en el poder.
El camarada Lukashenko, con 20 años en el poder, es considerado el último dictador después de la caída del comunismo en la URSS y sus satélites europeos. Putin el principal suplidor de armas de Venezuela y de Siria cuenta con un tenebroso pasado en la KGB.
La familia Al Assad lleva 42 años en el poder. Ocuparon y destruyeron el Líbano. Las NNUU estiman que con la guerra civil siria han muerto más de cien mil personas y se han desplazado a Turquía, Jordania y el Líbano más de un millón de civiles.
Con esos amigos Maduro pretende darnos lecciones de moral, pero bien podemos señalarle “dime con quien andas y te diré quien eres”.
Juan Antonio Muller