Por medio del decreto 7666 se creó la Comisión Nacional de Bioética y Bioseguridad en Salud. La Bioética tiene 4 principios: autonomía (derecho del hombre a decidir su propia suerte). Beneficencia (conceder los mayores beneficios posibles). No maleficencia (no hacer daño). Justicia (distribución equitativa de cargos y beneficios).
La Bioética es la respuesta de la civilización a la ética convencional que quedó relegada ante la velocidad del cambio y los nuevos retos de la ciencia (Ver mi artículo: “Bioética”, El Nacional, 5-82012). La Bioética es multidisciplinaria: Bioética de la ciencia de la salud, ambiental, social y legal.
Si no fuera por lo trágico, el decreto 7666 sería un mal chiste. Veamos por qué: Bioética en salud pública. El decreto 7666 responsabiliza al Ministerio de la Salud por la creación de la Comisión Nacional de Bioética que deberá coordinar las actividades de las comisiones de Bioética de los hospitales. La nueva tecnología y mucha de la vieja brilla por su ausencia en los hospitales públicos. Desde los antiguos rayos x hasta las modernas tomografías y resonancias magnéticas.
Tratamiento para los enfermos de cáncer y los pacientes sometidos a diálisis corren el riesgo de morir por la suspensión de estos servicios. Además, hay falta de mantenimiento y escasez de medicinas y de insumos médicos de todo tipo. Cierre de quirófanos, falta de camas de hospitalización, elevado costo por paciente por el tiempo de espera y una recurrencia de epidemias no controladas. Mientras tanto se acosa a los centros de salud privados, con el riesgo de eliminar la única alternativa asistencial que atiende a la administración pública, mediante seguros que paga el Estado y que de suspenderse provocaría un caos nacional.
Bioética ambiental. El daño que le ha hecho al medio ambiente las actividades petroleras, mineras e industriales de este régimen son incalculables. La ONG Montaña de Gente ha reportado que desde diciembre 2002 habían ocurrido en el país 95 accidentes relacionados con derrame petrolero.
Amén de los accidentes de las refinerías, siendo el más importante el de Amuay. La explotación de las minas de oro en Guayana por los garimpeiros, las descargas industriales de contaminantes en ríos, lagos y quebradas. La falta de plantas para tratar las aguas negras en pueblos y ciudades y un largo etcétera de abusos contra el medio ambiente que afectan negativamente la relación del hombre con la naturaleza.
Bioética social. El Nacional del 12-7-2013 registra que en Venezuela cada minuto quedan embarazadas 3 adolescentes y 47 centros de atención al embarazo precoz han cerrado desde 2005. No se ha reducido la pobreza (algunos han recibido dinero pero no trabajo productivo). Lo peor es el irrespeto a la vida. Tal Cual, 28-8-2013, reporta a más de 400 niños y adolescentes asesinados este año (Cecodap).
Bioética legal. Lo más grave es la constante violación por parte del régimen de la Constitución. El uso de la mentira como instrumento para convencer a los ciudadanos de una falsa realidad (estadísticas oficiales, producción de Pdvsa, sentencia del TSJ para “legitimar” a Maduro como presidente).
Visto lo anterior ¿Cómo se puede hablar de Bioética en Venezuela? Los ciudadanos no tienen autonomía, no reciben beneficencia, se les castiga con maleficencia y la justicia es selectiva.
El régimen debería tener, por lo menos, el pudor de no mencionar la palabra bioética y mucho menos nombrar comisiones para aplicar principios que no respeta.