El expresidente sudafricano Nelson Mandela, todavía en estado crítico, pasó la primera noche en su domicilio, convertido en un hospital y donde se le aplica el mismo tratamiento que en el centro médico de Pretoria que abandonó ayer.
La Presidencia del país austral anunció este domingo que Mandela, de 95 años, había salido del hospital de Pretoria en el que estaba ingresado desde el pasado 8 de junio por problemas respiratorios para seguir recuperándose en su domicilio de Johannesburgo.
“El estado de Mandela sigue siendo crítico y a veces es inestable. No obstante, su equipo médico está convencido de que recibirá el mismo nivel de cuidados intensivos en su casa de Houghton (en Johannesburgo)”, indicó la Presidencia en un comunicado.
Según la fuente, la residencia de Mandela “ha sido modificada para permitirle recibir cuidados intensivos allí”, y “el personal sanitario que le tratará en su casa es el mismo que lo hizo en el hospital”.
Decenas de periodistas y cámaras de televisión montaban guardia esta mañana frente a la vivienda.
Dos agentes impedían a los reporteros y a los escasos curiosos presentes acercarse a la acera del domicilio, frente al que había una quincena de vehículos aparcados, uno de ellos de la Policía.
“Creo que ha regresado a casa a morir, y es lo mejor para él y la familia: aquí se sentirá mejor que en el hospital”, dijo a Efe la británica Jeannie Murray, uno de los pocos ciudadanos que se ha acercado esta mañana a la residencia de Mandela.
Murray, que desde 1982 vive a caballo entre su país y Sudáfrica, se refirió a Mandela como el hombre que, tras la caída del “apartheid”, “evitó la venganza” e hizo posible -en su opinión- que los blancos como ella siguieran viviendo en el país africano.
Mandela fue elegido en 1994 primer presidente negro de Sudáfrica, tras estar veintisiete años encarcelado en las prisiones del régimen del “apartheid”, donde contrajo los problemas pulmonares que ahora padece. EFE