Para comprar un carro en Venezuela hay que peregrinar y, sobre todo, esperar. Quienes acuden a la red privada de concesionarios se enfrentan a largas listas de espera. En las soluciones ofrecidas por el Estado la demanda también supera la oferta y se han abierto las puertas a las irregularidades.
El pasado 28 de julio un grupo de unas 80 personas asistió a la planta de Chery de Venezuela, empresa estatal ubicada en el estado Aragua. Era el día indicado para recibir los vehículos por los cuales habían pagado al menos la inicial. Pero al arribar a la ensambladora comprendieron que habían sido estafados.
¿Por qué llegaron ese día a la ensambladora? Las personas se registraron en junio en el sistema Venezuela Productiva Automotriz, mecanismo creado y administrado por el Ministerio de Industrias para adjudicar los autos ensamblados por las plantas estatales.
Tras completar el registro fueron llamados por “operadores” del sistema y estos les indicaron que debían completar un nuevo formulario en la web www.suvincachery.vv.si, página realizada a imagen del auténtico site de la compañía Suministros Venezolanos Industriales (Suvinca).
El uso del nombre y la imagen de Suvinca se explica, ya que la empresa adscrita al Ministerio de Comercio ha sido la que inicialmente estuvo ligada a la comercialización de los Chery que importó el Gobierno desde China para el programa Comersso Auto.
El paso siguiente de los “operadores” era informar a las personas que se les había adjudicado el carro y solicitar los depósitos bancarios a nombre de la persona jurídica “Venezolana de financiamiento automotriz” en un banco privado o a nombre de particulares en otros tres bancos.
El reportaje completo en El Universal