“Todo lo que se habla de la gasolina es explosivo”, opinó el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, cuando se le pregunta si está planteada alguna medida sobre el precio o restricción del consumo del combustible, pero lo que sí ha comenzado a estudiar su despacho es informar a la población sobre qué vehículos pueden utilizar la de más bajo octanaje.
“La gente pudiendo consumir gasolina de 91 octanos le echa de 95 porque el precio es indiferente, entonces mientras más sube el consumo de 95 más componentes se tienen que importar”, dijo Ramírez al referirse a los resultados del Banco Central de Venezuela, los cuales indican que los egresos por importaciones petroleras subieron 25,6% en el primer semestre del año.
La Dirección de Mercado Interno del ministerio retomó el plan propuesto por el gremio de estaciones de servicio, Fenegas, dirigido a reducir el uso de la gasolina de 95 octanos, también porque la capacidad de almacenamiento en estas instalaciones es mayor para la de 91 octanos.
Estudios realizados indican que 90% de los vehículos particulares en el país podría utilizar el combustible de menor octanaje, pero la realidad muestra que 85% usa la gasolina de mayor octanaje porque prácticamente no existe diferencia de precios y, además, en la actitud del conductor existe el criterio de que el motor de su automóvil funciona mejor con la más cara.
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