En uno de los famosos restaurantes de la Calle Ocho en La Pequeña Habana de Miami, llamaba la atención de los comensales que en una de las mesas se desarrollaba una conversación muy acalorada entre dos personajes muy conocidos en el mundo político. Nadie se explicaba, el por que Álvaro Uribe hablaba a gritos con Posada Carriles. La incomoda situación obligó a que uno de los mesoneros se acercara para llamarles la atención.
– Tranquilo, que aquí no pasa nada. Es que este paisa de Carriles ya está viejo y sordo. Hay que hablarle así, para que pueda oír. A sus 85 años sigue renuente a utilizar prótesis auditivas.
El mesonero aceptó las explicaciones pero los ubicó en un salón privado en donde pudieran gritarse con todos los decibeles que quisieran.
– Bueno “Bambi” (Alias del personaje) explícame por que no se llevó a cabo el magnicidio que habíamos planificado. Yo seguí todas tus indicaciones y encargue el fusil Chey Tac calibre 408 que me solicitaste. Además, le adicione un telémetro láser y mira telescópica con una retícula de última generación….y entonces ¿Qué pasó?
-Bueno Álvaro, la edad no perdona…me puse a practicar con esa arma sofisticada que me compraste, pero que va. Gasté varias cajas de municiones con blancos colocados a mas de 2000 metros que era la distancia necesaria para el atentado…..quería hacerlo al igual que Lee Oswald lo hizo con Kennedy…cuando mi objetivo fuera en su carro descapotado en sus desfile militar que tanto le gusta…pum pum. Pero, la tembladera de mis manos por el mal de Parkinson me hizo fallar mas de 3000 tiros en los entrenamientos…coño, ni siquiera le acerté a las dianas…y no me quedó otra alternativa sino abortar el plan.
Álvaro, todo tembloroso sacó su frasco de pastillas para la tensión y secándose el sudor de la frente preguntó
-¿Y por que no activaste el Plan B?
-Lo hice, pedí un combatiente a los amigos de Venezuela y me mandaron Rafael Marin un enano retaquito…¡¡que no alcanzaba la altura de la ventana de donde se efectuarían los disparos!! Además, al subir los ocho pisos del edificio seleccionado con el fusil y sus componentes, llegaba con una disnea incontrolable….otro fracaso más.
Llamé a Micheletti y para mi sorpresa sufre de Alzheimer y se le olvidaron todos los acuerdos relacionados con el plan. La vaina fue tan jodía, que cuando me identifique como “Bambi” se alegró mucho por que esa había sido la película preferida en su niñez
-No puede ser, no puede ser, repetía Álvaro mientras le colocaban la máscara de oxígeno. La última me ocurrió con los norcoreanos. Hicimos una triangulación de contrainteligencia y le hicimos creer a los cubanos que Kim Jon Un necesitaba unos misiles y aviones MIG. Cuando me los traían en un barco, lo interceptaron en Panamá por que no quisieron pagar peaje o bajarse de la mula como dicen en la frontera colombo-venezolana….y nos volvimos a quedar sin plan.
-Mejor vamos a darnos un descansito. Tú Álvaro, te haces una cura de sueño para que controles la tensión y yo me haré un tratamiento con células madres a ver si controlo un poco esta tembladera.
-Así será, dijo con mucha tristeza Uribe al despedirse.
Los guardaespaldas, de ambos personajes se miraron las caras y comentaron:
-Estos magnicidas no pasan de ser unos “Senilcidas” Puros viejos tembleques hablando de atentados.
Esta, amigos lectores, es la versión oficial del Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz sobre el supuesto atentado contra Nicolás Maduro…. En los próximos capítulos, nos contará una de vaqueros.