Es aterrorizante que más de 20 000 prisioneros hayan sido designados a morir por enfermedades o hambruna por el cierre de un recinto que ocurriera el año pasado.
La sospecha empezó por un grupo de reporteros del Comité de Derechos Humanos en Corea del Norte, que detalla la situación cómo colonias penales que Kim Jong-un usa para consolidar su poder, tras recibirlo por herencia luego del fallecimiento de su padre, Kim Jong-il, en el 2011. Ahora el grupo exigue una averiguación por lo ocurrido con estos reos.
Washington basa su organización en informaciones de los defensores del norte, que inculye antiguos guardias y uno que otro sobreviviente de estos campos, acompañado de la información satelital que pueden recopilar de la región.
La atención de la organización se centra en el Campo 22, un amplio componente que tiene una extensión de más de 770 millas cuadradas (1 239 194.88 metros cuadrados), que lo hace más grande que Londres.