Estados Unidos mantiene una base de espionaje en la pequeña isla de Ascensión, en medio del océano Atlántico, en la cual son vigiladas las comunicaciones en Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia, según afirma hoy la revista brasileña Istoé. EFE
En su edición que comenzó a circular este domingo, el semanario atribuyó la información a “especialistas” en espionaje consultados en un reportaje sobre la intervención de las comunicaciones de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, por parte de agencias de inteligencia de Estados Unidos.
Según Istoé, la base de la isla Ascensión, un pequeño territorio británico de ultramar, es parte de un proyecto conocido como Echelon en el que, además de Estados Unidos, participan los gobiernos del Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Australia.
El semanario analizó algunos de los documentos revelados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU (NSA, en inglés) Edward Snowden y asegura que refuerzan la hipótesis de que hay una complicidad entre esos cinco países en el espionaje global.
En esos documentos aparecen “el grado de la clasificación (ultra-secreto), el tipo de documento Comint/REL (comunicación interceptada) y su divulgación (USA, GBR, AUS, CAN, NZL)”, que corresponde “a los países del sistema Echelon”, apunta la revista.
Según la investigación realizada por Istoé, la información que es captada en la isla Ascensión se analiza en un centro de inteligencia situado en Fort Meade, en Maryland (Estados Unidos), mediante unos sistemas capaces de vulnerar todo tipo de protección informática.
“Una vez hecho el análisis, lo que sea de interés del Gobierno de Estados Unidos es distribuido a los agentes dispersos por el mundo, para continuar con el espionaje”, sostiene la revista.
De acuerdo con Istoé, los sistemas instalados en la isla Ascensión pueden captar cerca de “dos millones de comunicaciones por hora” y el interés de los espías se centra en “conversaciones telefónicas, correos electrónicos y publicaciones en las redes sociales”.
Istoé también asegura que las agencias de inteligencia cuentan “muchas veces” con la colaboración de empresas de Estados Unidos que operan en las áreas de telefonía e internet.
“La cooperación de grandes corporaciones, como Microsoft, Google, Facebook, o de gigantes de la telefonía, como Verizon y AT&T, es fundamental para o funcionamiento de la red de la NSA”, asegura Istoé.
En el semanario Veja, que también comenzó a circular este domingo, el ahora exembajador de Estados Unidos en Brasil Thomas Shannon, que acaba de concluir su misión en el país, insistió en que el trabajo de las agencias de espionaje “tiene respaldo legal” y se justifica en asuntos de “seguridad nacional”.
Shannon se negó a explicar el alcance del espionaje en Brasil, pero aseguró que el país “no es un blanco”, aunque sí admitió que representa “uno de los grandes centros de distribución de comunicaciones del mundo”.
Aseguró también que “muchas de las informaciones” obtenidas por Estados Unidos son compartidas con Brasil.
“No puedo entrar en detalles, pero puedo decir que Brasil, con la importancia que hoy tiene, globalizado y que será sede del Mundial (de fútbol de 2014) y de los Juegos Olímpicos (2016), tiene que desarrollar capacidad para proteger y garantizar la seguridad de las personas que irán a esos eventos”, dijo el diplomático.
Shannon concluyó su misión en Brasil el pasado viernes y asumirá el cargo de consejero especial del secretario de Estado, John Kerry.
Será reemplazado en Brasil por Liliana Ayalde, diplomática con larga trayectoria en la agencia de cooperación estadounidense.
Uno de los asuntos más inmediatos para Ayalde será la visita que la presidenta Rousseff tiene prevista a Washington para el próximo 23 de octubre, que la propia mandataria ha condicionado a las “explicaciones” que espera de la Casa Blanca sobre el espionaje a sus comunicaciones personales.