La única novedad del informe fueron las imágenes inéditas de la explosión. Gracias a las cámaras se conoce la hora exacta y el lugar exacto donde ocurrió la explosión. Más nada. Lo demás fue un cerro de paja de 140 páginas de pistas, presunciones, elucubraciones y acusaciones de saboteo, dignas de un monólogo de Cantinflas. Veamos:
“A los primeros diez (10) segundos la nube de olefinas llegó a una altura de siete (7) metros. Lo que demuestra que fue una FALLA MASIVA de olefina. Lo que parece demostrar que no fue un accidente (por su fuga masiva).”
¡Que bolas! La “falla masiva de olefina” demuestra que no fue un accidente. Lo que si confirma es la falta de mantenimiento y la negligencia en el sistema de seguridad industrial. Son unos genios los supuestos técnicos que elaboraron el informe suscrito por PDVSA, el SEBIN, la Fiscalía, etc.
Lo de ayer fue un verdadero show aderezado con la presentación de la galería fotográfica del Difunto-Maduro y Ramírez en la refinería incendiada. El trío heroico que nos salvó de que la tragedia hubiera sido peor.
Pero el éxtasis lo alcanzó Ramírez al hablar acerca de cómo fue que una mano criminal le aflojó los “espárragos” para provocar la fuga de olefinas, que explotó una hora después sin que sonara ni una alarma, evidenciando la falta de cumplimiento de las normas de seguridad industrial, un anuncio que nos movió a una combinación de burla con indignación por tamaño cinismo!
Sin duda, haber visto a Ramírez hablar acerca de cómo fue que le aflojaron los “espárragos” para que soltara los gases no tiene precio