Vivir en Barquisimeto es una opción que muchos han tomado, esta ciudad amable invita a quedarse en ella y ‘se vende’ a través de su calidad en educación, salud, cultura. Hoy celebra su cumpleaños número 461.
Conseguir a una persona que no nació en Barquisimeto, pero tiene tantos años viviendo aquí que quiere a la ciudad como si fuera suya, es tan fácil como sentarse en una plaza y preguntar. ¿Señor usted es de aquí? de cinco intentos probablemente uno responda “no nací aquí, pero me siento como si fuera barquisimetano”.
Barquisimeto durante años ha recibido a personas de otros estados del país y les ha dado educación, trabajo, familia y amigos. Es una ciudad amable que te invita a quedarte en ella.
“Me vine hace poco más de 13 años para estudiar en el Pedagógico, soy de Turén, estado Portuguesa, pero ya me siento Barquimetano”, contó Francisco Mavare, mientras se tomaba unos minutos para descansar en el banquito de una plaza luego de hacer mercado.
La ciudad de los hermosos crepúsculos, del emblemático parque El Cardenalito y del referencial Obelisco se convirtió en el hogar de Sergio Caon, desde que tenía siete años. Nació en Italia y aunque no decidió venir a Barquisimeto la primera vez, porque era apenas un niño durante su juventud, tuvo la oportunidad de elegir vivir algunos años en Valera, estado Trujillo y en Puerto Ordaz, estado Anzoátegui, pero de ninguna de esas ciudades se enamoró como de la capital del estado Lara.
“Me gusta la cordialidad de la gente, la belleza de sus mujeres, no sólo en la parte externa , sino también en el valor que tienen para criar a sus hijos y mantener a su familia”, detalló el señor Caon, quien ya tiene 72 años.
Estudiar y trabajar son algunos de los motivos que llevan a las personas a tomar la decisión de radicarse en Barquisimeto, la última fue la que trajo a Socorro Vélez desde Cali, Colombia hace 35 años. Un esposo, un hijo y seis nietos larenses tiene hoy la señora que aseguró no cambiar esta ciudad por Cali a donde en pocas oportunidades va de visita para saludar a la poca familia que le queda allá.
“Quiero tanto a mi Barquisimeto que me duele verla tan sucia e insegura como está, se han perdido muchas cosas, pero sigue siendo acogedora, amable y sencilla”, comentó.
El clima, la excelente ubicación como punto de encuentro de varias ciudades cercanas y la distribución en calles y carreras son otros de los atractivos que ‘vende’ a Barquisimeto.
La calidad educativa en las al menos 21 instituciones de educación superior, el reconocido Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (HCAMP) y la devoción por la Divina Pastora que se demuestra cada día, pero en especial cada 14 de enero con la procesión de la visita de la imagen desde su casa en Santa Rosa hasta la Catedral de Barquisimeto, son apenas algunos de los puntos de referencia de la ciudad de los crepúsculo rojos, también devota de San Antonio y que hoy entre virtudes y necesidades es el centro de atención de propios y foráneos por celebrar su cumpleaños número 461.
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