¿Ir a la iglesia engorda?

¿Ir a la iglesia engorda?

La gente joven en Estados Unidos religiosamente activa es más propensa que sus contrapartes no religiosas a convertirse en obesos en la mediana edad de acuerdo con una nueva investigación. De hecho, acudir constantemente a la iglesia parece casi duplicar el riesgo de obesidad, comparada con una menor o nula asistencia.

Lo que no queda claro en la investigación es por qué la religión podía estar asociada con comer demasiado.





“Las iglesias ponen más atención a los vicios obvios como fumar o beber”, dice Matthew Feinstein, el autor principal de la investigación y estudiante médico de cuarto año en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

“Nuestra mejor interpretación es que una participación frecuente en la iglesia es asociada con buenos trabajos y la gente podría estar premiándose a sí misma con grandes comidas que contienen más calorías de las que desearíamos”.

La nueva investigación, presentada en la conferencia de la Asociación Americana del Corazón dedicada a la actividad física, el metabolismo y las enfermedades cardiovasculares, involucró a 2,433 personas en el estudio de Riesgo Desarrollo de Arterias Coronarias en Jóvenes Adultos (CARDIA, por sus siglas en inglés).

El grupo fue examinado —al principio entre personas de 20 a 32 años— para detectar diversas factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como diabetes, hipertensión y tabaquismo. Esas mismas pruebas fueron repetidas en el mismo grupo durante los siguientes 25 años.

Los resultados fueron mezclados en diferentes factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, pero a medida que los investigadores analizaron los datos, una disparidad resaltó. Aquellos que reportaban asistir semanalmente a la iglesia, o con más frecuencia, eran significativamente más propensos a tener un índice de masa corporal mayor que aquellos que asistían con menor frecuencia o nunca.

Kenneth F. Ferraro, autor de estudios similares que ligan la obesidad a la religión, sugirió que el matrimonio podría jugar un papel en el aumento de peso.

“El periodo de tiempo estudiado es cuando la mayoría de los estadounidenses se casan”, dice Ferraro, director del Centro de Envejecimiento y Curso de la Vida de la Universidad Purdue. “Sabenos que el aumento de peso es común después del matrimonio y que el matrimonio es altamente valorado por la mayoría de los grupos religiosos. Entonces, uno se pregunta su los resultados pueden deberse en parte a que las personas religiosas tienen más probabilidades de casarse antes y luego aumentar de peso”.

Erik Christensen, un pastor en la Iglesia Luterana St. Luke de Logan Square en Chicago, Illinois, dijo que la desaparición virtual de las ligas de béisbol y basquetbol patrocinadas por la iglesia puede ser parte del problema. Agregó que la decisión de asistir a la iglesia algunas veces se toma a expensas de estar involucrado en actividades atléticas o recreativas.

“Ser religioso ha demostrado, por varios estudios, estar asociado con mejor salud mental, menores tasas de tabaquismo, menores tasas de mortalidad y un mejor estado de salud en general”, dijo Fenstein. “Existen muchas cosas que las personas religiosas están haciendo bien, pero es sólo en esta área específica en la que parece que hay espacio para mejorar”.

“El verdadero valor del estudio no es entender la causa”, dijo Fenstein. “Lo que este estudio hace es destacar un grupo que podría beneficiarse potencialmente de iniciativas dirigidas contra la obesidad. Eso es emocionante porque existe mucha infraestructura lista en las comunidades religiosas”.

La gente joven en Estados Unidos religiosamente activa es más propensa que sus contrapartes no religiosas a convertirse en obesos en la mediana edad de acuerdo con una nueva investigación. De hecho, acudir constantemente a la iglesia parece casi duplicar el riesgo de obesidad, comparada con una menor o nula asistencia.

Lo que no queda claro en la investigación es por qué la religión podía estar asociada con comer demasiado.

“Las iglesias ponen más atención a los vicios obvios como fumar o beber”, dice Matthew Feinstein, el autor principal de la investigación y estudiante médico de cuarto año en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

“Nuestra mejor interpretación es que una participación frecuente en la iglesia es asociada con buenos trabajos y la gente podría estar premiándose a sí misma con grandes comidas que contienen más calorías de las que desearíamos”.

La nueva investigación, presentada en la conferencia de la Asociación Americana del Corazón dedicada a la actividad física, el metabolismo y las enfermedades cardiovasculares, involucró a 2,433 personas en el estudio de Riesgo Desarrollo de Arterias Coronarias en Jóvenes Adultos (CARDIA, por sus siglas en inglés).

El grupo fue examinado —al principio entre personas de 20 a 32 años— para detectar diversas factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como diabetes, hipertensión y tabaquismo. Esas mismas pruebas fueron repetidas en el mismo grupo durante los siguientes 25 años.

Los resultados fueron mezclados en diferentes factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, pero a medida que los investigadores analizaron los datos, una disparidad resaltó. Aquellos que reportaban asistir semanalmente a la iglesia, o con más frecuencia, eran significativamente más propensos a tener un índice de masa corporal mayor que aquellos que asistían con menor frecuencia o nunca.

Kenneth F. Ferraro, autor de estudios similares que ligan la obesidad a la religión, sugirió que el matrimonio podría jugar un papel en el aumento de peso.

“El periodo de tiempo estudiado es cuando la mayoría de los estadounidenses se casan”, dice Ferraro, director del Centro de Envejecimiento y Curso de la Vida de la Universidad Purdue. “Sabenos que el aumento de peso es común después del matrimonio y que el matrimonio es altamente valorado por la mayoría de los grupos religiosos. Entonces, uno se pregunta su los resultados pueden deberse en parte a que las personas religiosas tienen más probabilidades de casarse antes y luego aumentar de peso”.

Erik Christensen, un pastor en la Iglesia Luterana St. Luke de Logan Square en Chicago, Illinois, dijo que la desaparición virtual de las ligas de béisbol y basquetbol patrocinadas por la iglesia puede ser parte del problema. Agregó que la decisión de asistir a la iglesia algunas veces se toma a expensas de estar involucrado en actividades atléticas o recreativas.

“Ser religioso ha demostrado, por varios estudios, estar asociado con mejor salud mental, menores tasas de tabaquismo, menores tasas de mortalidad y un mejor estado de salud en general”, dijo Fenstein. “Existen muchas cosas que las personas religiosas están haciendo bien, pero es sólo en esta área específica en la que parece que hay espacio para mejorar”.

“El verdadero valor del estudio no es entender la causa”, dijo Fenstein. “Lo que este estudio hace es destacar un grupo que podría beneficiarse potencialmente de iniciativas dirigidas contra la obesidad. Eso es emocionante porque existe mucha infraestructura lista en las comunidades religiosas”. CNN