“Yo no sé qué huele peor, si la gente sudada y el pescado dentro del mercado, o las cloacas desbordadas desde la semana pasada”, se preguntó Josefa de Bello, quien esperaba un carrito en la esquina de la calle Esperanza de Puerto la Cruz, justo frente al mercado municipal.
Todo indica que al igual que en otros sectores de la ciudad, el colector de aguas servidas colapsó, el agua podrida se devuelve y la fetidez no se aguanta.
Peatones manifestaron que no demoran en surgir los primeros brotes infecciosos a causa de este problema, que necesita ser tratada con carácter de urgencia.
Los buhoneros más cercanos a la zona afectada, ya sufren en carne propia las consecuencias de la contaminación. La empanadera, que tiene más de tres años en ese punto, dijo que “es horrible el olor y los clientes no quieren comer aquí”.
Transportistas
Por otra parte se encuentran adultos y niños, usuarios de los carritos que cubren la ruta Centro – Valle Verde, pues protagonizan el drama que genera el pozo infeccioso.
“Esto es una penitencia, el tiempo que esperamos los carritos en esta equina parece una eternidad, no puede ser, ¡qué asco!”, comentó Mariana Lista, habitante de la zona alta de Sotillo..
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